Nutrir con una mirada integral

Víctor y Nicolás Lusardi Director y Presidente de Cook Master, respectivamente (

Hace 15 años que Cook Master busca cambiar la comida de las escuelas, cárceles y hospitales de Buenos Aires para mejorar la nutrición y la salud. Con ganas de crecer en el mercado e incorporar más instituciones a su cartera, la compañía presentó el primer Reporte de Sustentabilidad.

En varias escuelas de la provincia de Buenos Aires los niños almuerzan galletitas con agua, hay un sistema penitenciario que sólo recibe el 50% de la comida que pagó el Estado y la mayoría de las dietas están compuestas de un 80% de carbohidratos, excepto en aquellas instituciones que reciben los alimentos de Cook Master, la empresa que está revolucionando la gastronomía de las poblaciones más vulnerables de la provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Bajo el lema de dar comida no es lo mismo que alimentar, pretenden producir menús alimenticios de alta calidad y valor nutritivo y desarrollar la logística necesaria para entregarlos a sus destinatarios todos los días en el lugar en que se consumen.

Con clientes en la Provincia de Buenos Aires como los ministerios de Justicia, Desarrollo Social, Salud y Seguridad; la escuela de la Gendarmería, y varios hospitales públicos de la Ciudad, desde Cook Master alimentan diariamente a más de 60.000 personas, y para eso, cuentan con un equipo de nutricionistas.

Durante la presentación del primer “Reporte de Sustentabilidad”, Cook Master resume la evolución de la visión estratégica de la compañía en los últimos 15 años, muestra la labor desarrollada en temas de reinserción y de calidad de la alimentación, y asume para el próximo año diversos compromisos ligados a su impacto ambiental.

La compañía, especializada en soluciones alimenticias para grandes comunidades de personas, está realizando capacitaciones en cárceles, escuelas e institutos de menores, y ya incorporó a sus filas a 11 reclusos que terminaron sus condenas. El año próximo buscan poner énfasis en el ahorro, reutilización y reciclado de recursos y materiales.

En las diversas dependencias carcelarias y sedes del Servicio Penitenciario Bonaerense, proveen el servicio asistido de racionamiento para la cocción de alimentos, donde se ocupan de llevar alimentos a 11.000 personas. “Queremos que el servicio se extienda a otras cárceles porque sabemos que es más eficiente: nosotros garantizamos que el 100% de nuestro menú se cumpla para que todas las personas privadas de su libertad tengan asegurado alimento. Hubo amparos de los mismos reclusos que piden a la justicia ser transferidos a cárceles que cuentan con nuestro sistema de alimentación”, contó el Director Ejecutivo, Nicolás Lusardi, durante el encuentro que se llevó a cabo el jueves pasado en el Club Americano.

Educar para trabajar
Uno de los mayores inconvenientes para los detenidos es la falta de alimentación y su baja calidad. En los penales donde el Estado contrató a la empresa, llevan los alimentos y el menú a diario, y luego todo se cocina dentro de los complejos, por los mismos reclusos. Desde Cook Master detectaron un espacio donde podían colaborar. Más del 50% de las personas presas reinciden. Este dato tan trágico en nuestro país llevó a Cook Master a poner en marcha dos programas sumamente ambiciosos: el “Programa Educar para el Trabajo”, que busca acercar herramientas de formación de calidad en el campo gastronómico a los reclusos de los institutos penitenciarios a los que la compañía atiende; y el “Programa Creer”, que -con la participación de la Fundación Espartanos- ya ha permitido la incorporación a sus diferentes áreas de 11 reclusos que terminaron su condena.

Cook Master capacita a personas que trabajan en 15 cocinas de las unidades penitenciarias de los complejos de Campana, La Plata, San Martín, Florencio Varela y Magdalena, en la manipulación de alimentos y materias primas. A finales de 2017, inauguraron la primera escuela de gastronomía en la Unidad Penitenciaria 46 del Complejo San Martín. En alianza con el Servicio Penitenciario Bonaerense y el Instituto Superior Mariano Moreno, ofrecen las carreras de cocinero, maestro pastelero y panadero profesional, disponibles para la población carcelaria de hombres y mujeres del complejo. Con una participación de 300 internos por carrera, el programa es un excelente ejemplo de la capacitación como una herramienta de reinserción laboral para personas privadas de la libertad.

Desde la compañía buscan encontrar la mejor solución para cada establecimiento. Por ejemplo, en el caso de los clientes a través del Ministerio de Salud, ofrecen el servicio de comedor a personas que están hospitalizadas: le llevan la comida a la cama del paciente. El 30% de sus clientes son niños con pocos recursos en plena etapa de desarrollo escolar. De los casi 30.000 niños que alimentan, 11.000 corresponden al programa Servicio Alimentario Escolar (SAE) de la provincia de Buenos Aires, en tres distritos: Pilar, Ezeiza y San Isidro. “Sabemos que la alimentación es uno de los factores más importantes que determina el crecimiento y desarrollo de las niñas y niños por eso queremos romper con la malnutrición e incorporar hierro, calcio, vitaminas, y disminuir el tenor graso y los niveles de sodio de nuestras propuestas, queremos llevar frutas y verduras a los más chicos para que se acostumbren a esta opción en su alimentación. Cuando llegamos por el SAE a una escuela de Ezeiza, los niños jamás habían visto un kiwi, y estaban sorprendidos, no sabían cómo comerlo entonces lo dejaban, por eso queremos enseñarles a comer bien, para que tengan más opciones”, dijo Nicolás Lusardi.

“Hoy se trabaja a pérdida en las escuelas, ya que el SAE nos da 17 pesos por el almuerzo de cada niño en el colegio, mientras que el valor que se debería estar cobrando es de 30 pesos. Pero para nosotros es una inversión, que le demuestra a la provincia de Buenos Aires que estamos interesados en llevar este pensamiento nutricional a los más pequeños, y que queremos crecer y expandirnos a otros colegios”, continuó Luis María Lusardi.

Durante la presentación, los directivos de Cook Master señalaron también que los objetivos para el próximo año no sólo apuntan a mantener y profundizar los programas de reinserción (Patronato de Liberados Provincia de Buenos Aires) y calidad de la alimentación (Programa de Alimentación Saludable en Escuela, Programa de Gestión y Asesoramiento a Comedores y Organizaciones Comunitaria), sino además a incorporar de manera medible buenas prácticas ambientales que, a través de procedimientos, normas, técnicas y controles, permitan el ahorro, reutilización y reciclado de recursos y materiales. Uno de los grandes desafíos de la compañía, como todo emprendimiento gastronómico, es el desperdicio de alimentos, algo que para Luis María Lusardi, Director de la compañía, se puede solucionar a futuro, y para eso “estamos trabajando con la red de Bancos de Alimentos y Nilus -la plataforma que une comedores escolares con donantes de comida para evitar el desperdicio-”.

Otro de los objetivos futuros para la familia Lusardi es desarrollar franquicias o socios locales en otras provincias, para poder llevar el modelo al interior del país. También, recientemente, se comprometieron con la agenda 2030 para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible (SDG por sus siglas en inglés) establecidos por las Naciones Unidas. Los SDG que definieron para trabajar dentro de su compañía son: hambre cero; trabajo decente y crecimiento económico; producción y consumo responsables, y alianzas para lograr los objetivos.

 

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