Pan American Energy (PAE) a partir de un trabajo en conjunto con Misiones Rurales Argentinas y la comunidad de Piquirenda Fátima desarrolló el manual “Aquí lo nuestro” en etnia guaraní con el objetivo de satisfacer necesidades de comunicación e interrelación entre niños y pares, entre otros.
“Guaraniñe’eñandekulturapeoikovetañambo’eraramopy’yi” (la educación en guaraní es importante para continuar con nuestra cultura), y es así, en especial para la comunidad de Piquirenda Fátima, ubicada a 25 kilómetros de la ciudad salteña de Tartagal, cuya etnia guaraní define sus tradiciones y cultura. La mitad de las 1.500 lenguas y dialectos indígenas que existían a la llegada de los españoles a América ha ido desapareciendo a lo largo de los últimos cinco siglos, según la Academia Chilena de la Lengua.
Sin embargo, el problema de las lenguas que no sobrevivan en la práctica, sirven como advertencia a otros idiomas que pueden caer en el olvidado. Para que eso no ocurra, Pan American Energy (PAE) ideó el programa “Revalorizando Culturas Originarias: Manual de Guaraní – Español” en 2016, como parte de las políticas de Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Está dedicado a actualizar el material existente de manera pedagógica y didáctica y, a su vez, reestructurar el trabajo en conjunto de auxiliares y docentes.
Para que el idioma guaraní perdure, deben enseñarlo constantemente, y los 160 alumnos de la escuela Piquirenda Fátima (a sólo metros de la entrada de uno de los yacimientos de PAE), pueden aprender a escribir un idioma que al hablarlo es casi lírico. Los cinco auxiliares bilingües que dan guaraní a alumnos desde nivel inicial hasta tercer grado, notaban que los chicos no sabían hablar en guaraní y que desconocían su propia historia – de la cual se avergonzaban y se estaban perdiendo muchas tradiciones de su cultura originaria-.
“Los idiomas en riesgo van a desaparecer si quienes los hablan se mueren y no se ha hecho nada para documentarlos”, así define la problemática Karen Rice, directora del Centre for Aboriginal Initiatives de University of Toronto. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estima que un idioma muere cada 14 días, y si todo continúa igual, la mitad de las lenguas del mundo se extinguirán hacia finales de este siglo.
Eso equivale a un 43% de los 6.000 idiomas que se hablan en el mundo. Es más, según su Atlas de las Lenguas del Mundo en Peligro, el idioma guaraní en la Argentina está clasificado como “severamente en peligro”, lo que significa que lo hablan los abuelos y las generaciones mayores; y mientras que la generación de padres si bien puede entenderlo, no lo comunican a los niños o entre ellos mismos. Una de las iniciativas más interesantes que busca educar al mundo sobre la pérdida de idiomas es el proyecto de Google “Idiomas en Peligro de Extinción”, destinado a ayudar a preservar idiomas que están en peligro de extinción recopilando información actualizada y compartiendo las últimas investigaciones.
Desde PAE explican que trabajan para ser un activo promotor del crecimiento de las localidades cercanas a sus operaciones. Por eso, sus programas de sustentabilidad responden a las necesidades locales y se diseñan a partir de un diagnóstico previo y de un trabajo conjunto con sus aliados. Bajo estas premisas nace el manual, como fruto de una problemática concreta que fue abordada de manera conjunta y articulada entre la compañía y los distintos actores de la comunidad.
Para la guía, se establecieron cuatro ejes clave: Aprendiendo guaraní; Mi lugar; Quién soy yo, y Textos, cuentos e historia. A través de estos ejes se plantearon dos jornadas de trabajo con todo el equipo institucional, el cual se dividió en grupos. Cada grupo tenía una guía de trabajo pensada con anterioridad para enfocarse en todos los contenidos de cada capítulo. De esta instancia, participaron los auxiliares y docentes, y contó con la enriquecedora experiencia de la directora de una escuela de la comunidad wichi, que ya había trabajado en la revalorización y rescate de una cultura originaria.
Ya en el 2010 PAE desarrolló un “Manual Wichi – Español” para la comunidad de La Puntana, también en la provincia de Salta. Con esta nueva experiencia buscan replicar la metodología del programa, que incluye el diagnóstico previo, el armado de jornadas y las acciones de seguimiento.
La comunidad de Piquirenda Fátima se encuentra sobre la Ruta Nacional 34 y cuenta con 110 familias que no son autóctonas de la zona, pero que se encuentran atravesando procesos de desvalorización y pérdida de su cultura originaria. El programa viene a rescatar la cultura guaraní en la comunidad, inculcando la importancia del idioma, las costumbres y la historia originaria a los alumnos de la escuela. Asimismo, promueve el respeto, la diversidad, la inclusión, y la revalorización de la cultura guaraní.
“Cuando recibí el manual por primera vez me emocioné muchísimo, porque no podía creer que valió la pena tanto esfuerzo, tanto tiempo dedicado y horas escribiendo en la lengua guaraní -contó Esther, una de las docentes bilingües de la escuela de Piquirenda-. Es un manual didáctico, bien ilustrado y un resultado del sentimiento fuerte que tenemos con la lengua y la cultura guaraní”.
Para Esther, este manual fue el resultado de mucho esfuerzo tanto de las maestras como de las personas que lo hicieron posible desde PAE. “Los actores principales son los niños que estudian en la escuela y pueden recibir este libro tan lindo, que sin duda contagiará a otros proyectos que tenemos en marcha para que se mantenga la lengua y la cultura guaraní”, reveló emotivamente Esther a Visión Sustentable. Asimismo agregó que, este manual no sólo lleva conocimiento, sino esperanza a la comunidad y deja una huella muy grande que los ayuda a continuar apasionadamente en el camino de sus tradiciones.
Los resultados son abrumadores, ya que se logró establecer una estrecha relación entre la escuela y la comunidad, con una mirada heterogénea que promueve la diversidad de estilos de aprendizajes, intereses y cultura. Entre los niños y niñas se destaca la estimulación del aprendizaje, a través del interés y la curiosidad; una mayor autonomía en los alumnos, y un desarrollo de nuevas competencias y aumento de la confianza.
Este impacto se puede ver reflejado en actividades concretas, como por ejemplo la lectura de los cuentos y leyendas en el idioma materno; la dramatización de los mismos; la interpretación a través de los dibujos realizados; canciones en las dos lenguas (el materno como primera lengua y el castellano como segunda); la enseñanza de la lengua por parte de los niños a la maestra criolla, asesorados por la docente bilingüe, y la participación en los bailes originarios.
Durante el 2018 se continuará con las jornadas de capacitación docente, al igual que en la construcción de una red de vínculos entre las distintas comunidades educativas cercanas: Piquirenda, Chorrito, Macueta y Campo Largo. También esperan incluir tres medias jornadas especiales de trabajo con los auxiliares bilingües de la comunidad de Piquirenda Fátima, donde se incorporará a las prácticas cotidianas del aula el recientemente impreso libro realizado por esta comunidad.
“Los idiomas tienen un mundo de conocimiento. Por eso cuando se pierden, también perdemos conocimiento, historia y la conexión con una tierra”, sugiere EwaCzaykowska-Higgins, profesora de lingüística de University of Victoria en British Columbia, Canadá. Durante su carrera, la especialista dejó claro que las canciones, historias, palabras y expresiones, desarrolladas a lo largo de muchas generaciones, también se pierden.
De acuerdo a las Naciones Unidas, las lenguas maternas son esenciales para proveer una educación de calidad, uno de los objetivos de los que dependerá el éxito de la Agenda de desarrollo 2030. De esta manera, el programa de PAE se enmarca y contribuye a la cuarta meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): Educación de Calidad. Que incluye garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida y para todos.