Gestionar y crecer a partir de la diversidad

Florencia Sosa, CEO de ECA y Minerva.

Por Ivo Eguizabal

Florencia Sosa es una empresaria de 31 años proveniente de Catamarca quien hoy se desempeña como CEO de Minerva Farmacias y Grupo ECA, un servicio de emergencias médicas y medicina prepaga. Su inmersión en el mundo empresarial comenzó a sus 25 años, cuando debió hacerse cargo de la empresa familiar luego de que su padre muriera de un cáncer terminal. Siendo joven y mujer, tuvo que enfrentar distintas barreras en el mundo empresarial con las cuales todavía batalla. Sin embargo, eso no la detuvo. En tan solo cinco años de gerencia, logró duplicar la facturación de la gestión anterior y se convirtió en la mujer CEO más joven de Argentina e integrar el “Forbes Mujeres Power” de la edición argentina.

En sus propias palabras, todavía está “construyendo la líder que quiere ser”. Ésta es una líder que integra la perspectiva de género y que tiene una mirada enfocada en la innovación y, sobre todo, en su comunidad. Así fue que ideó distintas iniciativas satélites a sus empresas de salud, que buscan generar impacto social y potenciar el desarrollo de emprendedores y mujeres locales. Una de ellas es Andina, un emprendimiento que lleva adelante el tejido de vicuña para empoderar y visibilizar a mujeres de Catamarca mediante blockchain y que llegó a la Paris Fashion Week.

A partir de su historia, proyectos y camino recorrido, Visión Sustentable conversó con Florencia sobre los desafíos que encontró en el mundo empresarial, cómo logra balancear su vida entre ser CEO e influencer de moda y qué espera a futuro para Catamarca.

¿Cómo fue para vos tener que hacerte cargo de la empresa familiar? 

Para mí fue todo un desafío. Primero que se te muera tu papá es un dolor de cabeza por todo lo que significa que se muera un padre. Y después, en mi caso, se moría el jefe de familia o de empresa. Casi todas las pymes tienen esta concepción familiar y cuando se muere el jefe, se muere el padre, es una movilización total a nivel anímico para todo el equipo.

¿Cuáles fueron los desafíos que como empresa familiar transitaste en ese primer momento?
Grupo ECA Emergencias Médicas.

En mi caso, fue diferente obvio pasar de un hombre a una mujer y de alguien en sus cincuenta a alguien de veinticinco. Había un gran miedo generalizado, una gran desconfianza. Sobre todo porque en Argentina no estamos acostumbrados a ver jóvenes líderes a la cabeza de proyectos, sin ningún padre dando vueltas. Para mí fue también todo un cambio, una movilización pensarme como esta nueva líder que quería ser y empezar a pensar en mi impronta y mi manera de gestionar el negocio.

¿Crees que el hecho de ser un liderazgo femenino fue uno de los factores que generó esa desconfianza?

Totalmente. Siempre digo que ser joven, mujer y del interior fueron mis tres debilidades. O yo creí que eran mi debilidades y hoy terminaron siendo mis fortalezas. Son las que me empoderaron y me permitieron diferenciarme del resto.

Ser mujer en el norte sigue siendo un tema tabú: tenemos otro tipo de posición y otra concepción a nivel social. De a poco fuimos haciendo ruido, hay nuevas generaciones que se están empoderando y animando, pero todavía hay un cambio cultural radical que hay que hacer. Me sigue pasando de llegar a Buenos Aires, sentarme en una mesa y que me pidan el café porque soy la mujer.

Participaste del Women’s Leadership Program que busca aplicar la perspectiva de género en los liderazgos, ¿qué cambios pudiste aplicar a partir de esto?

Empezar a compartir lo que lo que yo pensaba y empezar a incorporar mujeres en puestos líderes fue clave. A nivel rentabilidad nos funcionó muy bien, las mujeres en puestos líderes o las mujeres que están en la cabeza de proyectos tienen esta concepción “maternal”. Cuida que todos coman, que todos estén bien, que cumplan sus objetivos. Es un poco la madre de familia como pasa en cualquier hogar. Quizás el hombre tiene otro espíritu a la hora de liderar, que no es ni mejor ni peor, es totalmente diferente nada más. Entonces creo que empezamos a empoderar a las mujeres desde ese lugar, a poner mujeres en cada puesto que teníamos oportunidad y que encontrábamos también la posibilidad dentro de las condiciones que tenemos en en las provincias del norte, que tenemos una capacidad humana capacitada bastante acotada y eso estuvo buenísimo. La mujer tiene esa capacidad de acomodarse a cualquier estímulo y eso para nosotros fue clave.

Hablando de rentabilidad, en cinco años que vos llevas liderando el managment lograste duplicar la facturación en comparación a la gestión anterior, ¿crees que eso se debió por el liderazgo femenino? 

No, seguro que no. Creo que tiene que ver también con las nuevas gestiones. Los jóvenes tenemos otra escuela y esta apertura a acomodarnos al nuevo marketing, la digitalización y las redes sociales.

¿Qué otros factores crees que entraron en cuenta entonces?

Fuimos la primera cadena en robotizar farmacias en Argentina y fue un montón llegar a Catamarca con esa propuesta. Nos ayudó a agilizar los procesos y también a ser referentes, que se nos empiece a ver desde otro lugar. Incorporamos el e-commerce que no existía en ese momento, incorporamos un nuevo sistema de fidelización de nuestros clientes para empezar a hacer un análisis con un CRM para poder triangular todo nuestro servicio de salud.

En paralelo comenzamos a hablar de esto que era el triple impacto y todo lo que significaba que queríamos transmitir como empresas. Hicimos campañas para capacitar a nuestro personal contra la violencia de género, porque Catamarca está siempre liderando el “top tres” de provincias con más femicidios. Empezamos a hablar de inclusión y fuimos la primera farmacia inclusiva en Argentina donde, mediante un sistema, podemos hoy hablar con cualquier persona que tenga cualquier discapacidad a la hora de comunicarse. Entonces yo creo que son diferentes motivos por los que podemos haber incrementado la rentabilidad. No tengo la medida justa, pero sí creo que hemos hecho diferentes cambios.

Más allá de tener el 80% de mujeres en puestos jerárquicos, ¿qué otras iniciativas con perspectiva de género aplicás?

Armé una fundación en nombre de mi papá porque hacíamos todas estas actividades satélites y las tenía que involucrar en algún lugar y la Fundación creo que fue la mejor oportunidad que tuvimos para poder generar el ecosistema que tanto necesitábamos. No solo de las mujeres, sino también desde los jóvenes líderes o los emprendedores, que son creo dos minorías que necesitan generar ecosistema, sobre todo en provincias como la nuestra. Catamarca es una provincia que tiene más del 75% de empleados públicos y no todo lo puede realizar el Estado. Entonces los privados también tenemos que ocupar un lugar.

Por eso, desde la Fundación, fuimos buscando mujeres líderes en cada comunidad vulnerable y buscamos capacitarlas o enseñarles algún oficio en particular. Por ejemplo, en la pandemia armamos unos talleres increíbles y les enseñamos a hacer barbijos. Los vendíamos en las farmacias o en los centros de salud y les generábamos una vuelta rentable a ellas para que también tengan un interés en invertir su tiempo. Todo eso forma parte de la capacitación y del empoderamiento que intentamos generar no solo puertas adentro, sino también puertas afuera porque creemos que la comunidad es muy importante para nosotros.

En 2022 lanzaste Andina, ¿cómo te surgió esta idea de contar y visibilizar la historia de estas mujeres y también capacitarlas?

Fue muy interesante ir a conocer esta comunidad de mujeres. El telar forma parte de su vida, el animal forma parte de su vida porque la vicuña es un animal doméstico para ellas. Es interesante ver la dinámica y preguntarse el valor que ellas le ponen a este producto que no venden porque no tienen la oportunidad. El Estado las ha acompañado a diferentes ferias alrededor del país, pero es un tejido caro. Hoy es un tejido que está alrededor de U$ 1.000, con lo cual no es masivo. Además, de que ellas viven a más de 5.000 metros de altura, en lugares remotos en los que se encuentran sin conectividad, sin acceso a un teléfono celular o a redes sociales. ¿Cómo logran vincular su producto con ese consumidor que puede acceder y quiere comprarlo?

Yo veía cómo grandes empresas como el grupo LVMH había comprado campos increíbles acá en Catamarca llevándose el pelo crudo del animal, sin ningún tipo de trabajo artesanal y y en paralelo veía un producto muy valioso, de mucha calidad, que no salía al mundo. Entonces por eso nació “Andina” como un proyecto tecnológico porque es la primera colección de NFTs para que en blockchain pudieran alojar no solo la identidad del tejido – es decir, el material audiovisual de la tejedora donde cuenta cómo hizo su tejido, por qué lo hizo o si le gusta lo que hace y material fotográfico de toda la de la comunidad de Laguna Blanca para que sepan dónde están colaborando -, sino también la certificación ambiental para generar la trazabilidad y la transparencia de todo lo que significa el producto: desde cuándo se hizo, cómo se hizo, cuánto pelo se utilizó, asegurar que el animal no murió, que es totalmente sustentable, 100% artesanal, etcétera.

¿Dónde encontramos hoy estos tejidos?

Hoy ya estamos en París y en Dubai y estamos desembarcando en Japón. Es ir y encontrar el comprador. Realmente es un producto que tiene salida y que, si contás la historia, a la gente le gusta muchísimo y tiene ganas de colaborar, pero antes era totalmente inaccesible.

Tenés proyectos que buscan agregar valor a tu comunidad, pero ¿qué valor te agrega a vos llevar adelante estas iniciativas?

Creo que habla un poco de la líder que quiero ser o me gustaría ser en algún momento, de poder ir dejando un mensaje. Lo mío no pasa por el dinero. Obviamente busco la rentabilidad como cualquier tipo de empresa, pero también busco generar diferencia y aprovechar esa facilidad que tengo para los contactos o para generar vínculos y lograr unirlos.

Una provincia que tiene 400 mil habitantes es mucho y poco al mismo tiempo. Sin embargo, te permite que el cambio se vea rápidamente. Entonces siento que tengo una deuda pendiente de posicionar a Catamarca, que se escuche y se lea sobre Catamarca desde otro lugar. Catamarca creo que ha estado siempre en los medios por malos motivos y es la primera vez que estamos llegando con mensajes positivos o contando una historia diferente.

¿Cómo conviven la Flor empresaria con miles de proyectos con la Flor influencer fanática de la moda?

Creo que la moda me ayudó a canalizar un montón de cosas. Con la moda uno habla un poco de quién es y transmite esa seguridad y eso terminó siendo un juego para mi. Esto de me pongo un blazer y este pantalón porque quiero transmitir el tipo de líder que quiero ser o el tipo de mujer que quiero transmitir. Eso para mí fue muy importante, más allá de lo que parezca superficial. No dejo tener 31 años y todavía me quiero divertir y quiero hacer lo que hace cualquier mujer de mi edad.

Aún así, creo que las redes me ayudaron un montón a viralizar mi trabajo, a tener una voz. Esto de ser joven, ser mujer y ser del interior es re difícil que la gente te escuche y las redes sociales me dieron esta comunidad silenciosa – porque a muy pocos les conozco la cara – que te escucha, te defiende y viraliza tu trabajo. Así he llegado a medios o a otras empresas para generar alianzas. Creo que de eso se tratan hoy las redes sociales, poder generar esta gran red de networking, que para mí ha sido muy valiosa.

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