PwC presentó una nueva edición del Global Sustainability Reporting Survey 2025, un estudio global que analiza cómo las compañías están enfrentando el desafío de reportar información ambiental, social y de gobierno corporativo (ESG) en un escenario de avances en los marcos regulatorios.
El relevamiento, que incluye las respuestas de 496 organizaciones de 40 países, muestra que, a pesar de flexibilizaciones como el “stop-the-clock” de la CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) de la Unión Europea, muchas empresas decidieron no frenar su avance en materia de reportes de sostenibilidad. Ya no se trata solo de cumplir con las normas, sino de reconocer el valor estratégico de los datos ESG para la gestión corporativa.
Más de la mitad de las compañías encuestadas aseguró que la presión para divulgar información ESG se intensificó en el último año, y cerca del 60% destacó un mayor involucramiento de la alta dirección en este proceso. Si bien un 40% planea postergar la aplicación de la CSRD tras la decisión europea de extender los plazos, otro 40% continuará con su cronograma original, ya sea bajo los estándares CSRD, ISSB o GRI.
El dato clave: dos tercios de las empresas que ya reportan sostienen haber obtenido beneficios tangibles gracias a la información recolectada, que utilizan para redefinir estrategias de negocio, optimizar la cadena de suministro, gestionar riesgos, orientar inversiones y transformar la fuerza laboral.
“La sostenibilidad está dejando de ser una obligación regulatoria para convertirse en una práctica de gestión estratégica. Las empresas que integran procesos sólidos, enfoque transversal y tecnología avanzada en sus reportes ESG no solo responden a las exigencias normativas, sino que generan confianza, impulsan decisiones informadas y crean valor sostenible para el negocio”, comentó Diego López, socio de PwC Argentina a cargo de la práctica de Sustainability & Climate Change.
El estudio también resalta el rol creciente de la tecnología en este proceso: más de la mitad de las organizaciones ya cuenta con sistemas para almacenar datos, calcular emisiones y preparar sus reportes, mientras que el uso de inteligencia artificial se triplicó en el último año, alcanzando al 28% de las compañías. Entre los principales usos se destacan la redacción automatizada de reportes, identificación de impactos y riesgos, y la integración de datos provenientes de múltiples plataformas.
La coordinación entre áreas (Finanzas, RRHH, Medio Ambiente, Sostenibilidad y Tecnología) se consolida como un factor crítico para lograr informes confiables. Además, un 37% de las empresas reconoció que haber sumado a un auditor desde etapas tempranas habría mejorado su preparación frente a los procesos de aseguramiento externo.
En el plano regulatorio, el informe marca avances y retrocesos: mientras miles de empresas en Europa ya reportan bajo CSRD y otros países avanzan con la adopción de los estándares ISSB, la posibilidad de postergar su aplicación generó un nuevo margen de flexibilidad. En Estados Unidos, en cambio, la normativa climática de la SEC sigue en debate, manteniendo la incertidumbre sobre su implementación.
“Capitalizar el proceso de reporting de ESG implica ir más allá del cumplimiento. Requiere invertir en capacidades internas, integrar la sostenibilidad en la estrategia y aprovechar la tecnología para obtener información útil y aplicable. Las organizaciones que logran hacerlo están descubriendo nuevas formas de crear valor, desde la optimización de la cadena de suministro hasta la atracción de talento y el acceso a financiamiento sostenible”, agregó Belén Zermatten, directora de PwC Argentina.
Para acceder al informe completo aquí.