Inicio NEGOCIO Mapa de la Sustentabilidad 2025: empresas argentinas aceleran su transformación sostenible

Mapa de la Sustentabilidad 2025: empresas argentinas aceleran su transformación sostenible

La primera parte de nuestra investigación revela cómo las compañías locales consolidan la sustentabilidad como pilar estratégico, integran métricas globales y avanzan en gobernanza, diversidad e inclusión. La irrupción de la inteligencia artificial suma un nuevo capítulo en la agenda corporativa, abriendo oportunidades y también desafíos éticos.

Prácticamente todas las empresas encuestadas cuentan hoy con un área de Sustentabilidad o RSE y con estrategias incorporadas a su planificación corporativa. El dato es contundente: cerca del 98% ya posee –o está implementando– una estrategia sostenible, frente al 94% registrado en 2024.

Este proceso da cuenta de un cambio de paradigma: la sustentabilidad se afianza como un pilar transversal de la cultura organizacional y como un eje estratégico del negocio. En comparación con la edición 2024, se observa incluso un ligero aumento en la formalización de estas estrategias –cerca del 98% de las empresas poseen o están implementando una estrategia sustentable, frente al 94% del año anterior–. Esta consolidación viene acompañada de una evolución cualitativa. Más de tres cuartas partes de las compañías han adoptado modelos de triple impacto, buscando equilibrar resultados económicos, sociales y ambientales en sus decisiones. Lejos de verlo como una moda pasajera, el empresariado argentino considera al Desarrollo Sostenible como fuente de ventajas competitivas y resiliencia.

Al mismo tiempo, surgen nuevos desafíos que están transformando el panorama. En 2025 asoma con fuerza la incorporación de la Inteligencia Artificial (IA) en la gestión empresarial. Un 62% de las compañías ya utiliza soluciones de IA en distintos procesos –desde el análisis de datos para la toma de decisiones hasta la optimización operativa– y otro 23% se encuentra en etapas piloto o de evaluación para su implementación. Áreas como la analítica de datos, la eficiencia de operaciones y la gestión del talento se ven potenciadas por estas herramientas inteligentes, marcando el inicio de una “transformación inteligente” en la agenda sustentable. Por ejemplo, Pampa Energía, que en años anteriores se destacó por sus inversiones en energías renovables, hoy también explora la IA para mejorar la eficiencia en sus operaciones y reducir impactos ambientales. Incluso empresas tradicionales del sector farmacéutico, como Laboratorios Bagó, han comenzado a adoptar IA en sus procesos internos. Este giro hacia la digitalización sustentable trae consigo la oportunidad de escalar buenas prácticas con mayor rapidez, pero también plantea preguntas sobre ética y transparencia en el uso de estas nuevas herramientas.

Por otra parte, la agenda 2025 suma enfoques renovados en temas ya conocidos. La gestión de la cadena de valor adquiere un matiz más fuerte: las empresas no solo evalúan
a sus proveedores en criterios de calidad y costo, sino que cada vez más incorporan
exigencias de cumplimiento ambiental, social y ético. El año anterior, un 65% de las compañías declaró tener políticas de compras inclusivas –integrando pymes, cooperativas y proveedores locales vulnerables en su cadena de suministro– y más de la mitad realizaba compras estratégicas vinculadas a objetivos de sostenibilidad. Este año, las respuestas evidencian que esa tendencia se profundiza y amplía. Muchas organizaciones implementaron códigos de conducta para proveedores y realizan auditorías periódicas para garantizar que sus cadenas de suministro reflejen los mismos estándares sustentables que ellas promueven internamente. Por ejemplo, empresas industriales como Merck Argentina cuentan con programas formales de gestión de riesgos de terceros, para evaluar a contratistas y proveedores en dimensiones de derechos humanos, ética y medio ambiente antes de entablar o renovar relaciones comerciales.

Estrategia y métricas globales: Integración de indicadores con visión 360°

Un elemento central en la madurez de las estrategias de sustentabilidad es el establecimiento de métricas claras para monitorear avances y resultados. Las empresas argentinas han fortalecido sus sistemas de medición, integrando indicadores de gestión junto con indicadores de resultado. Según las respuestas relevadas, 7 de cada 10 compañías utilizan ya ambos tipos de indicadores para evalúan su gestión.

Solo un 16% se limita a medir resultados finales sin seguimiento de gestión, y apenas un 8% evalúa la gestión sin vincularla a métricas de resultado. Esta integración de indicadores va de la mano de una alineación con estándares internacionales que brindan un marco común.

Cada vez más empresas locales calibran sus objetivos con referencias globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, las metas de carbono neto cero para 2050, o estándares sectoriales específicos. Un ejemplo destacado es Mondelez Argentina, cuya estrategia de sustentabilidad se estructura en cuatro pilares –Ingredientes Sostenibles, Clima, Packaging y Comunidad– alineados tanto a metas locales como a compromisos globales de la compañía. Esto incluye adherirse a iniciativas internacionales como Cocoa Life para agricultura sustentable del cacao, y ambicionar la neutralidad de carbono para 2050 en línea con los acuerdos climáticos. Este enfoque coordinado permite avanzar de manera homogénea en todas sus unidades de negocio, asegurando coherencia e impacto tanto a nivel nacional como en el contexto global donde opera.

Otro caso es Telecom Argentina, que ha incorporado indicadores ambientales y tecnológicos a su tablero de control de sustentabilidad. La empresa mide, por ejemplo, la eficiencia energética en sus operaciones y el grado de economía circular logrado en la gestión de residuos electrónicos. De esta manera, enlaza sus metas internas con estándares internacionales (como ISO 50001 para energía o los principios de economía circular de la Fundación Ellen MacArthur) y con los compromisos sectoriales de reducción de emisiones. Los indicadores de gestión – como el porcentaje de energía renovable utilizada o la cantidad de dispositivos reciclados– permiten a Telecom monitorear el cumplimiento de su estrategia ambiental, mientras que los indicadores de resultado muestran el impacto concreto logrado.

En todos estos casos, las compañías se apoyan en marcos de reporte reconocidos a nivel global: más del 85% de las empresas que publican reportes de sustentabilidad utilizan estándares GRI (Global Reporting Initiative), y un número creciente está incorporando además los nuevos estándares de la ISSB (International Sustainability Standards Board) surgidos en 2023 para reporte financiero relacionado con clima y sostenibilidad. Esta tendencia quedó de manifiesto en empresas del sector financiero como Banco Galicia, que en 2024 integró por primera vez los indicadores SASB específicos de su industria y anunció la adopción progresiva de las normas internacionales ISSB S1 y S2, adelantándose a los requerimientos globales de transparencia. La alineación con estos marcos no solo facilita la comparabilidad y la transparencia de la información que comunican, sino que también ayuda a enfocar los esfuerzos en los temas materiales más relevantes para cada negocio.

MetroGAS incorpora el desarrollo sostenible como pilar de su estrategia corporativa. La compañía combina eficiencia operativa y seguridad en sus instalaciones con programas que fortalecen el vínculo con las comunidades, y lo respalda con una medición rigurosa: su último reporte contempla 33 indicadores GRI y 8 indicadores SASB, claves para la industria de distribución de gas, que reflejan la gestión en gobernanza, ética, operación segura, eficiencia, capital humano, relación con los grupos de interés y sostenibilidad.

Otro aspecto importante de la evolución estratégica es la gobernanza interna de la sostenibilidad. Un 75% cuenta con comités de sustentabilidad integrados por alta dirección (incluyendo en muchos casos al CEO), encargados de supervisar la implementación de la estrategia y dar seguimiento a indicadores y objetivos.

Gobernanza corporativa: Ética, transparencia y nuevas dimensiones

En el mundo corporativo actual, una buena gobernanza va mucho más allá del cumplimiento normativo: implica generar confianza mediante prácticas éticas sólidas, transparencia en la toma de decisiones y accountability ante los grupos de interés.

Los resultados de 2025 reflejan avances significativos en este terreno. Nueve de cada diez empresas cuentan con políticas y procedimientos formales para prevenir y gestionar conflictos de interés en su Junta Directiva y niveles gerenciales, un porcentaje prácticamente idéntico al del año anterior (91%). Asimismo, el 93% tiene implementada una Política de Integridad y Ética Empresarial que incluye medidas contra conductas indebidas (fraude, soborno, corrupción), y casi todas (97%) disponen de canales de denuncia de irregularidades –ya sean líneas anónimas, buzones o sistemas digitales– para fomentar la transparencia y detectar comportamientos no éticos. Esto demuestra que la integridad es un requisito fundamental para asegurar la sostenibilidad a largo plazo.

Sin embargo, el alcance y la sofisticación de esas políticas varía entre compañías. Las más avanzadas implementan estructuras y procesos integrales para blindar la ética corporativa. Por ejemplo, Telefónica y Grupo Arcor poseen protocolos específicos para identificar y resolver potenciales conflictos de interés, tanto dentro de la empresa como en su cadena de valor.

Un factor diferenciador importante es la creación de comités especializados en ética y transparencia. Varias compañías han establecido Comités de Ética o Auditoría dedicados a supervisar la gestión de conflictos de interés y el cumplimiento de las políticas de integridad. En Syngenta analizan operaciones y decisiones con potencial conflicto antes de su ejecución y emiten recomendaciones o lineamientos. En Renault Argentina su Comité de Ética local trabaja en coordinación directa con la Dirección Central de Ética de Renault Group a nivel global, asegurando que las mejores prácticas internacionales en materia de transparencia y conducta sean replicadas en la operación argentina.

Otro aspecto ligado a la buena gobernanza es la evaluación periódica de los altos órganos
de conducción. El 86% de las compañías evalúa periódicamente el desempeño de su Directorio o Consejo de Administración, una práctica que se consolidó en los últimos años y que apunta a profesionalizar la gestión: detecta brechas de habilidades, refuerza la diversidad y alinea al órgano de gobierno con la estrategia, incluida la sustentabilidad. A su vez, dos tercios de las empresas definen con claridad los roles de la Junta Directiva en materia ASG, lo que evita solapamientos y asegura una gobernanza más transparente y eficaz frente a las crecientes demandas del mercado y la sociedad.

Finalmente, la irrupción de la Inteligencia Artificial en las operaciones plantea una nueva frontera ética. La irrupción de la Inteligencia Artificial abre una nueva frontera ética. Más del 80% de las compañías ya la implementa o prueba, pero con distintos niveles de preparación: un 44% estableció medidas para un uso responsable (comités, guías internas, evaluación de sesgos, protección de datos), un 27% está en proceso de desarrollarlas y cerca de una de cada cinco aún no tiene definiciones. Al igual que ocurrió hace una década con la ciberseguridad o la privacidad, la gobernanza debe incorporar hoy la ética algorítmica y la transparencia. Diseñar protocolos, evaluaciones de impacto y auditorías externas permitirá minimizar riesgos y, al mismo tiempo, ganar la confianza de clientes, equipos y reguladores.

Derechos Humanos e Inclusión: Cultura corporativa en evolución

Con respecto a Derechos Humanos y la promoción de la Diversidad e Inclusión (D&I) la investigación 2025 revela que solo el 66% cuentan con una política formal de Derechos
Humanos vigente, si bien esta cifra representa una mejora frente al 60% reportado en el
estudio anterior. El 34% utiliza el código de ética para guiar su actuación. Asimismo, la ausencia de una política específica de derechos humanos sugiere en algunos casos un enfoque reactivo (atender problemas cuando surgen) en lugar de uno proactivo (prevenirlos y gestionarlos de antemano).
Novartis Argentina adoptó marcos de acción integral y realiza evaluaciones periódicas de sus impactos en las comunidades y pacientes, yendo más allá del mero cumplimiento. Asimismo, el sector financiero muestra liderazgo en este aspecto: BBVA Argentina informó haber evaluado sus planes de acción en derechos humanos, logrando un alto grado de cumplimiento de las iniciativas comprometidas, lo que indica un sólido sistema de monitoreo interno.

En materia de Diversidad e Inclusión, el compromiso corporativo también se consolida aunque persisten áreas de mejora. Tres de cada cuatro empresas (75%) cuentan hoy con una política formal de diversidad e inclusión, ligeramente por encima del 73,5% de la edición 2024. Estas políticas suelen contemplar la promoción de un ambiente laboral libre de discriminación, respetuoso de las diferencias de género, edad, origen étnico, orientación sexual, discapacidad, entre otras dimensiones. Muchas incluyen también protocolos contra el acoso y acciones de sensibilización para construir una cultura realmente inclusiva. Cervecería y Maltería Quilmes, que lleva más de 8 años implementando un Programa integral de Diversidad, Equidad e Inclusión. Dicho programa, respaldado por un Comité de Autenticidad liderado por el presidente de la empresa, trabaja sobre cinco pilares: Género, Colectivo LGBTIQ+, Personas con Discapacidad, Diversidad generacional (Edad) y un pilar Social enfocado en comunidades.

Quilmes ha conformado incluso Grupos de Recursos de Empleados dedicados a cada eje, involucrando a más de un centenar de colaboradores de distintas áreas para impulsar iniciativas internas.
Por otro lado, el 61% de las empresas afirmó haber fijado metas u objetivos específicos de diversidad e inclusión, lo que representa una baja frente al 68% observado el año previo. Es posible que la incorporación de nuevas empresas al relevamiento –incluyendo algunas pymes con menos formalización en este aspecto– explique en parte esta disminución porcentual. En el caso de Genneia se estableció la meta del 30% de dotación femenina para el 2027. De todos modos, el hecho de que cerca del 40% de las organizaciones aún no definan objetivos puntuales indica que queda terreno por recorrer para pasar del discurso a la acción medible.

Entre aquellas que sí fijan metas, se pueden mencionar ejemplos ambiciosos: varias empresas apuntan a alcanzar entre 25% y 30% de mujeres en puestos de liderazgo para 2030 (en sectores tradicionalmente masculinizados como energía o industrias de proceso, esto supone un cambio cultural importante). Otras se comprometieron a duplicar la cantidad de colaboradores con discapacidad en sus plantillas en los próximos años, mediante programas de reclutamiento inclusivo y adecuación de puestos de trabajo.

Un fenómeno interesante registrado en 2025 es que muchas empresas revisaron recientemente su enfoque de D&I. Un 33% de las organizaciones indicó que cambió su estrategia de diversidad en el último año, ajustando políticas o lanzando nuevos programas para responder a desafíos emergentes. Adicionalmente, casi la mitad de las compañías (46%) reportó haber modificado la manera en que comunica interna y externamente este pilar de D&I.

La extensión de las buenas prácticas a la cadena de suministro forma parte igualmente de esta agenda social. El compromiso con los derechos humanos y la inclusión se proyecta sobre proveedores y aliados. Muchas empresas exigen hoy a sus contratistas el cumplimiento de estándares laborales y sociales equivalentes a los propios. En la encuesta anterior se mencionaba que el 65% de las compañías tenía una política de compras inclusivas, priorizando proveedores de grupos subrepresentados o regiones desfavorecidas.

En 2025 esa proporción se eleva al 75%. Pan American Energy (PAE) implemente Creciendo Juntos, a partir del cual brinda capacitación técnica y mentorías a pymes locales en las zonas donde opera, fortaleciendo sus capacidades y preparándolas para ser proveedores calificados.

En la próxima entrega, vamos a compartir la segunda parte del análisis, con más datos y tendencias clave. La nota completa ya está disponible en nuestra web.

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