María José Alzari, del CEADS, analizó aspectos de compliance en nuestro país

María José Alzari, A´rea legal & compliance del CEADS, reflexiones finales.

La especialista participó del último evento de Visión Sustentable que busca identificar los ejes de compliance en nuestro país

“Para que una empresa pueda sostenerse en el tiempo, tiene que hacer las cosas bien, y de eso se trata el compliance, que va más allá del estricto cumplimiento de las normas regulatorias de manera exclusiva. Hoy al compliance también lo encontramos en una demostración concreta de lo que decimos que vamos a hacer”, sugirió María José Alzari, Abogada y Especialista en Derechos Humanos del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS),durante el décimo encuentro de Visión Sustentable: “Compliance: Desafío País”, que se llevó a cabo el viernes 28 de junio en el Museo de los Niños del Shopping Abasto, en la Ciudad de Buenos Aires.

Ante una audiencia curiosa por comprender las implicancias que conllevan las medidas de cumplimiento y los estándares de integridad empresarial, Alzari abordó la temática, resaltando los ejes principales del compliance, que van desde la importancia de implementar un programa de integridad básico hasta analizar riesgos, hasta identificar las áreas de cooperación y las medidas internas correctivas que se deben llevar a cabo para hacer frente a cualquier eventualidad. “Se trata de partir desde el riesgo, análisis, prevención, acción, reacción y muestra final de una empresa para empezar a implementar estos cambios”, indicó.

“Las empresas están formadas por personas, y son las personas las que tienen la capacidad para identificar lo que está bien y lo que está mal, algo que no siempre es sencillo y tiene mucho que ver con el tiempo que lleva un cambio cultural. Entonces entendemos que aparecen otros ejes que contribuyen al cumplimiento, como las agendas de las empresas en derechos humanos, las normas ISO, la debida diligencia y hasta el diálogo”, continuó Alzari.

Para la especialista, la agenda de las empresas en derechos humanos tienen mucho que ver con compliance ya que demuestra la obligación que tienen de respetar estos derechos a través de la implementación de un proceso de debida diligencia (o la actuación de acuerdo con un cierto estándar de cuidado) y programas de integridad.

También explicó cómo las Normas ISO (un conjunto de normas sobre calidad y gestión de calidad) se pueden aplicar en cualquier tipo de organización o actividad orientada a la producción de bienes o servicios, como por ejemplo ISO 14000 sobre sistemas de gestión ambiental, ISO 9000 para sistemas de gestión de la calidad o ISO 37001 la norma internacional diseñada para ayudar a las organizaciones a implementar un sistema de gestión contra el soborno. “Todos los sistemas de gestión ISO tienen hoy como base ordenadora una denominación común que nos vuelve a referir a estos temas: identificar riesgos y partes interesadas que van a ser afectadas por la empresa en la realización de sus acciones, tomar las medidas preventivas y reaccionar frente a las potenciales vulneraciones o no conformidades”, dijo.

Por su parte la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) cuenta con unas guías directrices para empresas multinacionales sobre cómo deben actuar frente a ciertas temáticas, incluso ante la falta de regulación por parte de los estados. En el caso de la Argentina, recién el año pasado entró en vigencia la Ley de Responsabilidad Penal Empresarial que impulsó la creación de áreas de compliance en nuestras empresas, otros países de la región como Brasil, Colombia, Panamá y Perú también sancionaron leyes en los últimos años con un enfoque preventivo para combatir la oleada de casos de corrupción asociados a empresas públicas y privadas. Además, en el marco de un andamiaje de acciones que hace OCDE sobre conducta empresarial responsable, también publica una norma de debida diligencia.

“El circuito de la debida diligencia incorpora la conducta empresarial responsable en las políticas de procedimientos de las empresa, donde tener los documentos en regla es importante pero no es suficiente. En cambio, identificar y evaluar cuales son los impactos negativos, seguido por actuaciones preventivas para reducir los riesgos, al igual que un seguimiento y reparación que corresponde en casos de vulneración, forman parte del circuito esencial de cualquier sistema de gestión”, reveló Alzari.

Durante el encuentro, Alzari remarcó varias veces la importancia de identificar lo que tienen en común las agendas de derechos humanos, ambiente, sustentabilidad y compliance, detectando que siempre “nos encontramos” con los mismos tres ejes: la identificación y gestión preventiva de los riesgos, y la comunicación.

En el CEADS, Alzari se desempeña como especialista en temas de compliance, sustentabilidad, empresas y derechos humanos, además de administrar varios aspectos de una plataforma que plasma las iniciativas de 90 empresas argentinas en términos de su cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Hasta el momento detectó que son sólo cinco las empresas que tienen alguna acción que contribuya con el ODS 16, que corresponde a transparencia y por lo tanto estaría directamente relacionado con compliance.

“Este cambio de paradigma amerita un cambio de gestión con una mirada en el otro, en cómo el otro nos va a percibir, y mostrando en el día a día lo que estamos haciendo para marcar una diferencia”, concluyó Alzari.

 

 

 

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