El Consejo Europeo publicó una “declaración de intenciones” en la que se comprometió a fijar un objetivo de reducción de emisiones para 2035 antes de la COP30, en noviembre. El anuncio llega tras reconocer que no se cumplirá con el plazo de finales de septiembre establecido por el Acuerdo de París, debido a los desacuerdos entre los Estados miembros sobre el nivel de ambición climática de la Unión Europea.
Aunque todavía no se estableció un objetivo final, el documento anticipa que la meta oscilaría entre un recorte de 66,25% y 72,5% de las emisiones para 2035, en comparación con los niveles de 2019. Este rango se transformará en la nueva Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) de la UE en el marco del Acuerdo de París, que obliga a todos los países a presentar planes de acción climática actualizados cada cinco años con mayor ambición.
El retraso en la definición está vinculado a los debates sobre la propuesta de reducir un 90% las emisiones para 2040, planteada por la Comisión Europea en julio junto con cambios a la Ley Climática de la UE. Entre ellos, se incluye la posibilidad de utilizar créditos de carbono internacionales bajo el Artículo 6 del Acuerdo de París, y permitir que las industrias más intensivas puedan compensar parte de sus emisiones con eliminaciones de carbono nacionales en el marco del Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (EU ETS).
La falta de consenso también refleja la división interna: mientras Dinamarca, España, Luxemburgo y Países Bajos impulsan el techo más ambicioso (72,5%), que trazaría una trayectoria hacia la neutralidad de 2050, países como Polonia, Italia, República Checa y Hungría se inclinan por el rango inferior o por presentar un objetivo flexible en lugar de uno rígido.
Los ministros de Medio Ambiente tenían previsto votar la meta de 2040 el 18 de septiembre, pero las negociaciones se postergaron y se retomarán en la cumbre del Consejo Europeo a finales de octubre. De esa definición dependerá finalmente el nivel de ambición del objetivo intermedio para 2035.