El imperativo de multiplicar políticas, inversiones e innovación en la búsqueda de un crecimiento económico sostenible, frente a la escasez de recursos naturales y materias primas para satisfacer la demanda global, el cambio climático y las problemáticas sociales, marcó la inauguración del Foro Mundial de Economía Circular 2025 (WCEF2025), este martes 13 de mayo en São Paulo.
“La economía circular reviste hoy una importancia sin precedentes a nivel global, representando una oportunidad significativa para los negocios, las comunidades y el planeta”, afirmó Kristo Lehtonen, director del Fondo de Innovación de Finlandia (Sitra), organización que lidera el WCEF junto a la Federación de las Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), Senai-SP, Confederación Nacional de la Industria (CNI) y Senai Nacional. El WCEF se extenderá hasta el viernes 16, comprendiendo un total de 120 sesiones, con la participación de mil invitados presenciales y una estimación de diez mil asistentes en línea.
Este evento en materia de economía circular se celebra por primera vez en América Latina, con un énfasis particular en el potencial de las soluciones tropicales para el desarrollo de una economía circular y regenerativa, en la que el rol del sector productivo se considera fundamental.
Abordar ineficiencias y obsolescencia, reducir el desperdicio, mantener productos y materiales en uso durante el mayor tiempo posible y diseñar soluciones que respeten los límites planetarios, según Lehtonen, constituyen parte del desafío global de la circularidad. “En síntesis, debemos lograr más con menos recursos”, enfatizó el director y agregó: “En el actual escenario global de incertidumbres, la circularidad – que inicialmente surgió como iniciativas de sostenibilidad empresarial – se ha consolidado como una cuestión estratégica de competitividad y autonomía nacional”.
Durante el evento, Geraldo Alckmin, presidente en ejercicio de Brasil y ministro de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, resaltó que la política del gobierno federal “Nueva Industria Brasil”, lanzada en enero, “reconoce el potencial de la economía circular como un instrumento clave para el desarrollo sostenible y el bienestar social, al optimizar el uso de recursos, disminuir los desechos y fomentar nuevos modelos de negocio”.
El principal desafío identificado es el compromiso del sistema financiero en la estructuración de modelos de negocio circulares, con el objetivo de que el sector privado pueda superar el complejo panorama de costos y tecnologías y acelerar la transición hacia una economía circular, según el análisis de Rafael Cervone, presidente del Centro de las Industrias del Estado de São Paulo (CIESP) y vicepresidente de FIESP. La organización participó activamente en la creación de las normas internacionales de la familia ISO 59000, presentadas el año anterior. “Esto resulta esencial para acelerar la transición hacia un modelo productivo más sostenible, resiliente y equitativo”, observó Cervone.
Necesidad Estratégica
El informe “Global Resources Outlook” advierte sobre un incremento del 60% en el uso de materiales a nivel mundial antes de 2060, con los consiguientes riesgos de agotamiento de recursos naturales, tal como señaló Marcelo Thomé, vicepresidente de CNI y presidente de la Federación de las Industrias del Estado de Rondônia (Fiero). “La transición hacia modelos circulares no constituye meramente una alternativa, sino una necesidad estratégica que conlleva aumentos de valor, generación de empleo e innovación. Es imperativo trascender la retórica y avanzar hacia la implementación práctica”, evaluó.
El recientemente aprobado Plan Nacional de Economía Circular establece 18 objetivos y 71 acciones destinadas a implementar la circularidad en la economía brasileña durante los próximos 10 años, promoviendo la eficiencia en el uso de recursos naturales, la creación de empleos verdes, la reducción de impactos ambientales y una menor huella de carbono.
Para Luiz Gabriel de Azevedo, director ejecutivo de ESG en IDB Invest, uno de los principales desafíos para escalar un sistema de economía circular radica en la naturaleza del modelo de negocio. “En contraste con los formatos lineales tradicionales, donde se puede priorizar la producción máxima a corto plazo, los negocios circulares demandan cambios sistémicos, colaboración e inversión a largo plazo”, expresó.
Se considera necesaria la implementación de políticas y regulaciones claras para mitigar las incertidumbres que afectan el entorno de inversión en negocios circulares. Adicionalmente a la cuestión regulatoria, “la economía circular exige colaboraciones audaces y un intercambio de conocimientos significativo para impulsar y ampliar soluciones de alto impacto”, manifestó Ambroise Fayolle, vicepresidente del Banco Europeo de Inversión. Según sus declaraciones, el informe de los bancos multilaterales de inversión reporta la transferencia de 1.400 millones de dólares a países de diversos niveles de renta en 2024. “Es un proceso gradual, pero hemos observado una tendencia de expansión”, resaltó Fayolle.
Tarja Halonen, expresidenta de Finlandia, quien impulsó este tema en su país hace una década, afirmó: “Conocemos las necesidades y el momento actual exige acciones concretas, para las cuales se requieren ideas sólidas”. Señaló que en Europa el 14% de las empresas invierten en soluciones circulares y enfatizó que la cooperación resulta fundamental para un mayor crecimiento en países como Brasil. “La economía circular no se limita al aspecto del financiamiento ambiental, sino que también abarca cuestiones sociales, al reducir presiones, promoviendo la paz y la resiliencia a largo plazo”.