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“Mi mayor orgullo es saber que alguien dijo: quiero hacer más, porque vio lo que logramos juntos”

Constanza Gorleri, Gerente de Sustentabilidad -Banco Galicia.
A 20 años de haber fundado el área de Sustentabilidad en Grupo Banco Galicia, Constanza Gorleri comparte su recorrido, marcado por la construcción colectiva, el impacto social real y una profunda comprensión del contexto local. Con una agenda que evolucionó del voluntariado a la medición rigurosa del triple impacto, repasa cómo la diversidad, la tecnología y la educación financiera se volvieron claves para transformar al banco en un actor social protagonista.

Desde hace dos décadas, Constanza Gorleri lidera el área de Sustentabilidad de Grupo Banco
Galicia. Bajo su ala, la entidad lanzó su primer informe en 2004, se posicionó como referente
nacional y construyó un ecosistema de trabajo colaborativo que hoy impulsa proyectos de
triple impacto: social, ambiental y económico.

Visión Sustentable conversó con Constanza para recorrer su trayectoria, descubrir los desafíos que enfrentó y conocer sus metas para los próximos años. Los inicios: de periodista a constructora de puentes Constanza recuerda el inicio de su recorrido en Banco Galicia, en pleno 2001. En ese entonces, era Jefa de Prensa y le tocó atravesar uno de los momentos más críticos para el sistema financiero argentino. “Sentía que debíamos tender puentes con una sociedad herida,” dice.

La organización, golpeada por la crisis, apostó a reconstruir el vínculo desde un lugar distinto.
Y lo hizo con convicción: no esperaron a tener una estrategia para ver a quién ponían al frente, sino que desde el comienzo reconocieron el rol estratégico de la sustentabilidad y el valor que podía aportar su mirada.

p: ¿Cómo nació tu deseo de llevar la comunicación más allá de las palabras?
R: Vi que comunicar sin transformación era vacío. En 2004, presentamos nuestro primer Informe de Sustentabilidad: no fue un decorado, sino un compromiso tangible, auditado por
PricewaterhouseCoopers. Aquello marcó el inicio de un diálogo auténtico. En esa época
todavía se llamaba “Informe de Responsabilidad Social”, y fuimos pioneros en tratarlo con
seriedad desde el comienzo.

Ella lo explica con claridad: había un ecosistema que lo hizo posible. Un banco nacional, con accionistas argentinos, que eligió ir más allá de la coyuntura para construir una nueva forma de relacionarse con su entorno. “Yo tenía —y tengo— camiseta Galicia full. Y también una fuerte vocación personal de propósito: me quería comer la cancha, pero en el buen sentido: para reconstruir esos vínculos que estaban quebrados, y hacerlo bien.”

Formación de un equipo con corazón y cerebro

Entre risas, habla de la “tribu” que construyó: un equipo heterogéneo de filósofos, economistas, ingenieros y soñadores.
Cada integrante aporta una mirada única, algo esencial para articular proyectos que impactan comunidades reales.
p: ¿Cuál fue tu mayor desafío al convocar a profesionales ajenos al mundo bancario?
R: Al principio, muchos no sabían qué esperar de un banco. Fue cuestión de escuchar, definir roles claros y mostrar que acá se construye futuro, no solo balances.

De la acción puntual al enfoque triple impacto

El recorrido de Galicia en sustentabilidad evolucionó desde acciones puntuales hacia una estrategia integral que se expresa en cinco grandes áreas: abrazan desarrollo local, cambio
climático, inclusión, educación financiera y finanzas sostenibles. Cada proyecto, dice, nace de conversar con comunidades, entender sus urgencias y cocrear soluciones.
p: ¿Qué te emociona hoy de estos programas?
R: Ver a una emprendedora rural recibir su primer microcrédito o a un estudiante planificar sus finanzas. Eso me recuerda que cada informe es un puente hacia historias de vida.

“El banco es valioso solo si sirve para elevar la vida de las personas.”

Mirada al mañana: retos en un país cambiante

Constanza enumera los desafíos que se avecinan: medir impacto con rigor en contextos económicos complejos, escalar la educación financiera a través de herramientas digitales, y generar más alianzas intersectoriales para amplificar resultados. Su próximo anhelo: crear
un laboratorio de innovación abierta desde donde se potencie la cocreación.

p: En un mundo post-pandemia, ¿Qué significa liderar sustentabilidad?
R: Significa renovarse sin perder esencia, mantener la curiosidad y sostener el compromiso con todos los que confían en nuestra visión.

p: ¿Qué factores dificultan avanzar al ritmo que te gustaría?
R: Cuesta avanzar por dos razones: por un lado, por la presión creciente de estándares
internacionales, y por otro, porque muchas veces nuestro país enfrenta prioridades urgentes que condicionan el ritmo de evolución. Nosotros fuimos el primer banco en emitir un bono verde en Argentina. Estábamos preparados, dimos los pasos. Pero si el entorno no acompaña, no podés escalar. Avanzas, pero a otro ritmo. En 2012 éramos el segundo banco más sustentable de la región, según el BID. Hoy estamos en el puesto 20. ¿Qué cambió? No es que dejás de hacer las cosas, hacés lo que podés en el contexto que tenés.

Una agenda adaptada a la realidad local

En un escenario internacional con exigencias cada vez más estrictas en materia ambiental, Grupo Galicia enfrenta un desafío común a muchas organizaciones locales: cómo diseñar objetivos ambiciosos pero factibles dentro de un ecosistema productivo como el argentino, con un mercado de carbono aún en desarrollo y realidades estructurales que condicionan el alcance de las estrategias globales.

p: ¿Cómo piensan sus metas de reducción de huella dentro de este contexto?
R: Nosotros no tenemos objetivos de reducción absoluta de huella, sino de intensidad. Eso
significa que nuestros compromisos no se copian de una receta global, sino que se diseñan en función de nuestra agenda y posibilidades locales. Un banco internacional puede retirarse
de ciertos países, compensar en otros, ajustar su portafolio con más libertad. En nuestro caso, operamos desde acá, compensamos desde acá, y eso implica decisiones distintas.

Reportes de Sustentabilidad

La intensidad también exige: implica crecer en financiamiento a sectores más sostenibles,
diversificar hacia industrias con menor huella.
Hoy vemos clientes —del agro, de la industria— que también evolucionaron y ya miden su huella, que ajustan sus procesos. Eso habilita otra conversación, más madura, más técnica. Y los marcos internacionales, aunque a veces son exigentes, también ayudan: nos empujan a subir la vara, a profesionalizar nuestras prácticas.

“No importa cuál sea el incentivo, mientras te ayude a subir la vara de las buenas prácticas.”

Diversidad e inclusión: una agenda estructural

En Galicia, la diversidad no es una causa, sino una convicción: la de construir una organización receptiva, donde cada persona pueda sentirse cómoda y, desde ese lugar, desplegar su máximo potencial. Constanza lo explica como una lógica que vincula bienestar, propósito y desempeño. “Si queremos cumplir con nuestro propósito de mejorar el día a día de las personas, primero tenemos que garantizar que internamente existan las condiciones para que cada quien pueda dar lo mejor de sí.”

p: ¿Cómo se traduce eso en acciones concretas?
R: Tenemos objetivos claros: aumentar la presencia de mujeres en puestos de liderazgo, sumar personas con discapacidad a nuestros equipos. Trabajamos con programas de formación para mujeres líderes o con alto potencial. Buscamos generar ambientes seguros, donde todos puedan crecer sin necesidad de militar causas, sino entendiendo que la diferencia suma.

La agenda de diversidad se articula también con otra dimensión histórica de la sustentabilidad en Galicia: la educación financiera. “Es una agenda de los orígenes —dice—, pero al mismo tiempo, cada vez más actual.” Desde comprender una herencia hasta administrar un pequeño negocio, la educación financiera se vuelve una herramienta de inclusión real. Hoy, el desafío es escalar con soluciones tecnológicas. En breve, lanzarán una nueva plataforma que apunta justamente a eso: ampliar el alcance y hacerlo más accesible.

Tecnología y escala: una aliada silenciosa

Sin prometer soluciones mágicas, la tecnología se convirtió en una aliada estratégica para robustecer la transparencia y ampliar la escala.
En educación financiera, por ejemplo, el uso de inteligencia artificial permite construir respuestas más certeras y personalizadas a partir de las inquietudes reales de los usuarios.
Esa base de conocimiento evoluciona con cada interacción.

p: ¿Qué impacto tiene la inteligencia artificial en la agenda de sustentabilidad?
R: La estamos aplicando en casi todas las áreas del banco. Desde asistentes virtuales más precisos hasta sistemas de tasación automática que en lugar de tardar 15 días lo resuelven en cinco minutos. En educación financiera, vamos generando respuestas a medida que entendemos mejor qué preocupa o interesa a cada segmento. No es una solución total, pero sí una herramienta potente para escalar sin perder foco.

Legado y propósito: más allá del cargo

Cuando la entrevista llega a su fin, Constanza deja una reflexión que sintetiza sus 20 años de trabajo: “Este rol no me define: me impulsa a dejar huella, a inspirar nuevas generaciones.” Su legado va más allá de métricas o reportes; se mide en la capacidad de motivar a otros a hacer más y mejor.

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