Generar alianzas entre el sector productivo y medioambiental

Por Fiorella Lotti

El programa Paisaje Productivo Protegido de Ledesma cumple 10 años de un trabajo en conjunto con Fundación Proyungas, el antecedente más importante de la Ley de Bosques. 

El Programa Paisaje Productivo Protegido de Ledesma es una iniciativa elaborada en conjunto con la Fundación ProYungas, cuyo principio rector es que la actividad productiva no necesariamente es una amenaza para el ecosistema en el que se desarrolla, sino que puede incluso garantizar su preservación. Este concepto se basa en el hecho de que dichas actividades productivas son las que generan los recursos que permiten, entre otras cosas, el monitoreo y cuidado de la biodiversidad.

En 2010, Ledesma fue la primera empresa argentina en realizar un Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que consistió en llevar adelante estudios para determinar qué sectores de sus áreas productivas podían destinarse a la producción agrícola y cuáles debían preservarse.

La relación de Proyungas con Ledesma se inició a partir de una situación conflictiva cuando la empresa tuvo la intensión de ampliar la superficie de caña sobre un terreno que era de su propiedad, y varias organizaciones ambientales objetaron ese plan, a pesar de tener la autorización de los gobiernos.

Oso hormiguero registrado por cámaras – El talar.

“Desde Proyungas buscamos generar alianzas con distintas empresas del sector productivo y acompañar en este proceso de Desarrollo Sustentable, que requiere de acciones, mejoras y adaptaciones continuas. Desde nuestra organización, que es de carácter regional y territorial, le propusimos a la organización un plan de ordenamiento territorial previo para decidir en conjunto cuáles eran las áreas que desde el punto de vista ambiental eran de menor valor relativo para avanzar sobre ellas y reservar las de mayor valor”, recordó Alejandro Brown, Presidente de la Fundación.

Esta fue la primera visión conjunta entre la mirada productiva y ambiental, que luego desembocó en el Plan de Ordenamiento Territorial de Ledesma, dándole marco al Programa Paisaje Productivo. Como consecuencia del POT, la empresa protege como reserva natural 100.000 de las más de 150.000 hectáreas que posee en Jujuy. Es decir que, por cada hectárea cultivada, destina dos hectáreas de bosques nativos para su conservación. Dicho trabajo constituyó un antecedente para la posterior Ley de Bosques.

Héctor Paez, Gerente de Innovación y Medio Ambiente de Ledesma, sostuvo: “Para nosotros es un orgullo haber sido la primera empresa en tener un Plan de Ordenamiento Territorial. Y doble mérito es que ese Plan haya sido el resultado de un conflicto. Es un ejemplo de diálogo y de trabajo conjunto. La alianza con Proyungas fue un puntapié inicial muy bueno para seguir puertas adentro tratando de mejorar en todos los aspectos. Actualmente se realizan auditorías periódicas con organismos externos en base a 10 puntos estratégicos, que cada vez son más exigentes”, indicó Paez.

A diez años de su establecimiento, el programa continua vigente y Ledesma sigue con su sistema de monitoreo, restauración y preservación. En su último ejercicio, sumó 5.500 hectáreas en la provincia de Entre Ríos como área protegida; se presentó en la convocatoria para el financiamiento de “Restauración de bosques nativos” con el fin de restaurar 713 hectáreas de bosques; y continuó con el monitoreo a través de 60 cámaras sensibles al movimiento para estudiar la biodiversidad.

Si bien antes contaban con 11 comités que trataban temas diferentes, desde hace dos años establecieron un Comité Medioambiental Interáreas, que incluye a referentes de todas las aéreas involucradas, permitiendo derribar barreras, generar una apertura y trabajar de manera colaborativa en la resolución de diferentes problemas.

La Ley de Bosques

El POT llevado adalente por Ledesma y Fundación Proyungas fue el primer plan que una empresa coordinó con una organización de la sociedad civil, convirtiéndose en la base de lo que luego se fue construyendo como la Ley de Bosques en Argentina.

“A partir de la alianza con Ledesma, la provincia de Jujuy nos solicitó hacer lo mismo para todos los bosques jujeños, tomando los lineamientos de esta iniciativa. Las organizaciones ambientales que en aquel momento lideraron la movida contra la empresa, comenzaron a elaborar el proyecto de ley, que se trata básicamente del ordenamiento del territorio en distintas categorías: áreas de conservación y de transformación”, precisó Brown.

“Para mí es una ley importante porque argentina tiene 30 millones de hectáreas que están siendo sometidas a un proceso de transformación muy activo por la soja y la ganadería. En ese sentido, es una ley útil, pero no debería estar escrita en piedras, sino que debe servir para articular las actividades humanas y se deben ir actualizando. Con la pandemia la sociedad está sensibilizada con los temas ambientales, pero está un poco alejado de la realidad Las leyes surgen para frenar a las empresas productivas, pero en la práctica es de difícil cumplimento, hay que trabajar en un horizonte de propuestas conjuntas”, agregó.

La importancia de generar alianzas

La confrontación no es el camino para el Desarrollo Sostenible. El diálogo intersectorial, las mesas de trabajo conjunto y las alianzas son lineamientos necesarios para poder articular las diferentes actividades humanas con la conservación del medio ambiente y la mejora de la vida de las personas. En ese sentido, el Programa Paisaje Productivo de Ledesma se convierte en un ejemplo de buenas prácticas.

“Creo que tenemos que trabajar más activamente en acercar la visión ambiental y productiva, buscando en conjunto las mejores alternativas para intensificar la producción y avanzar la frontera agropecuaria cuidando la biodiversidad. En el contexto actual, el país necesita divisas, tanto como necesita el agua, aumentar el empleo, sacar a la mitad de la población de la pobreza y hay que hacerlo protegiendo el ambiente. Este programa es la herramienta para coordinar todas esas necesidades”, resaltó Brown.

Las Yungas

Ledesma participa y colabora con el  trabajo conjunto que está llevando adelante  la Mesa Interinstitucional Público Privada de Incendios Forestales, formada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, la Dirección Técnica NOA de la Administración de Parques Nacionales, la Dirección de Incendios Forestales de la Provincia de Jujuy, la Dirección Provincial de Vialidad, el Parque Nacional Calilegua, la empresa Jujuy Hidrocarburos, y Bomberos Voluntarios de los municipios de Fraile Pintado, Libertador General San Martín y Caimancito además de otros municipios de la Provincia de Jujuy que también se encuentran colaborando.

Al respecto, Paez añadió: “Oponerse a una producción sustentable va en contra de la postura medioambiental. Se puede cuidar la biodiversidad creando empleo digno, no tiene sentido oponerse a la importante actividad económica que genera una industria de cualquier tamaño, que permite invertir en mejoras en educación, salud, vivienda y caminos y toda la infraestructura es un aporte positivo. Oponerse solo por decir que va en contra de la biodiversidad es una posición obsoleta y no tiene fundamentos. Con hechos, que no han sido fácil el camino, estamos demostrando que la sostenibilidad bien entendida es posible”.

Incendios

En los últimos meses, Argentina sufre una ola de incendios en más de la mitad de las provincias. El Global Forest Watch ubica al en el séptimo lugar entre los países que mayores alertas por incendios ha emitido en lo que va de año. El 95% de los incendios forestales son producidos por intervenciones humanas, según el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Esas intervenciones humanas abarcan desde preparación de áreas de pastoreo con fuego hasta dejar fogatas o colillas de cigarrillo mal apagadas.

Para hacer frente a la situación en Jujuy, la empresa está cooperando con la Nación y la Provincia para combatir los focos primarios, mitigar el avance del fuego en los bosques nativos y dar soporte a los bomberos, sobre todo en los numerosos incendios en el Parque Nacional Calilegua y las zonas vecinas, en las que también están comprometidas 3.000 hectáreas boscosas de las 100.000 que la empresa preserva en estado natural.

“Los incendios nos afectan muchísimo porque generan un impacto enorme a nivel biodiversidad y producción. Se necesita de un trabajo en conjunto entre el gobierno, las empresas y la sociedad. Necesitamos políticas públicas desde el estado, que generen herramientas sostenibles en el tiempo y permitan a los organismos locales llevar adelante iniciativas. Creo que hay buena voluntad e intensiones pero necesitamos una mejor una asignación más importante de recursos para poder llevar adelante los planes de acción, así como mantener una mesa permanente con reuniones periódicas para continuar con las ideas y propuestas que van surgiendo”, apuntó Paez.

En esa línea, Brown mencionó: “Entendemos que los incendios que están afectando nuestro país son producto de la terrible sequía que tiene el norte argentino, una bajada histórica del rio Paraná y Uruguay, y un invierno con temperaturas muy bajas, que deja biomasa seca fácil de prender. No creo que sean organizaciones que piensan hacer negocios, pero no podemos dejar de lado que también existe una cuestión cultural de prender fuego para renovar pasturas”.

Frente a esta situación, Ledesma también está en conversaciones con el Centro de Atención de Fauna Autóctona de Jujuy (CAFAJu), con el objeto de evaluar acciones conjuntas para la atención de los animales silvestres afectados por los incendios. Con vistas al mediano plazo, Ledesma confeccionará carteles de concientización contra los incendios para ubicar sobre la ruta nacional 34, y colaborará en el monitoreo y la recuperación de la flora y fauna autóctona en las zonas afectadas por el fuego.

“El Programa Paisaje Productivo Protegido se basa en la idea de que la actividad productiva no necesariamente es una amenaza para el ecosistema en el que se desarrolla, sino que puede incluso garantizar su preservación. Y eso es lo que hacemos en Ledesma: la producción industrial genera los recursos que nos permiten, entre otras acciones, el monitoreo y cuidado de la biodiversidad. Y el desarrollo productivo solamente es posible gracias al cuidado de los ecosistemas que nos rodean. Es un círculo perfecto”, concluyó Paez.

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