Un objetivo común: recuperar los 16 millones de kilos de alimentos desperdiciados en la Argentina

Durante el 15º aniversario de la Red Argentina de Bancos de Alimentos, representantes del gobierno, empresas y sociedades civiles se comprometieron a continuar la labor de donación de alimentos y la sanción de la Ley Donal.

Por Vanesa Listek

La Red Argentina de Bancos de Alimentos (REDBdA) llevó a cabo un encuentro sobre hambre, malnutrición y el desperdicio de alimentos con motivo de su 15° aniversario. Junto a representantes de los ministerios de Desarrollo Social y Agroindustria de la Nación, representantes de la FAO y de la Global Foodbanking Network (GFN) y diversas compañías, debatieron sobre el rol de la innovación de los bancos de alimentos como herramientas efectivas para garantizar la seguridad alimentaria.

En la Argentina el 28,6% de la población se encuentra en situación de pobreza según datos del Indec; mientras que se pierden y desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año. Es decir, un 12,5% de todo lo que se produce en el país. Además, se estima que una persona tira 38 kilos de alimento por año, y diariamente, restaurantes, caterings y supermercados deben deshacerse de grandes cantidades de comida.

“Recuperamos alimentos que han perdido valor comercial para darles valor social, porque sabemos que el hambre no se toma vacaciones, sin embargo las pérdidas y desperdicios de alimentos no disminuyen, y sigue habiendo muchas personas con riesgo alimentario”, sugirió el presidente de la REDBdA, Gustavo Fernández Casares.

Para solucionar estos problemas debe haber un rescate de alimentos que ya existen, los bancos de alimentos -en la Argentina son todas organizaciones sin fines de lucro- gestionan y coordinan este rescate, para luego donarlos a organizaciones comunitarias. Es una cadena solidaria que le devuelve valor social a miles de toneladas de alimentos. En la REDBdA hay 15 bancos de alimentos socios que colaboran con la alimentación de más de 332.000 personas por año, donde el 70% son niños menores de edad.

Desde 2003, el trabajo en red permitió el rescate de más de 86 millones de kilos de alimentos. Pero los objetivos buscan superar estos números, por eso, en el marco del aniversario de la REDBdA, se firmó un convenio de cooperación y asistencia con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), con el objetivo de potenciar la solidaridad.

“Nuestro país es un gran productor de alimentos, sin embargo seguimos hablamos de hambre y pobreza, pero queremos que cada provincia tenga un banco de alimentos y por eso firmamos este convenio”, dijo el presidente del Consejo Directivo de CAME, Gerardo Díaz Beltrán. Además, agregó que desde CAME quieren que la Ley Donal, también conocida como Ley “Buen samaritano” se sancione. “Hay un grave problema para las empresas que quieren donar alimentos en este país: no hay un marco legal que les permita hacerlo”, aseguró ante los más de 150 presentes que se acercaron al auditorio de CAME el miércoles 30 de mayo para compartir un encuentro que deslumbró con estadísticas y propuestas tecnológicas para los bancos.

Tanto Casares como Díaz Beltrán remarcaron la importancia de que se firme la Ley de Donación de Alimentos (Nº 25.989) que establece un régimen especial para la donación de alimentos, y que estipula quiénes pueden donar, qué productos, cómo debe hacerse y los derechos y obligaciones de cada parte. Esta ley fue aprobada en 2004 sin embargo, sólo cuenta con media sanción de la Cámara de Senadores a fines de 2017, ya que en noviembre del año pasado, una disputa entre las referentes del partido GEN, Margarita Stolbizer, y de Cambiemos, Elisa Carrió, llevó a una estancación de la ley.

Casares enfatizó que “para la REDBdA el hambre es la prioridad absoluta, dejando de lado las rispideces legislativas. Todo se hace con un 100% de aporte privado, no hay subsidios que nos ayudan, pero si se aprueba la ley vamos a tener más donantes que puedan descontar de sus impuestos las donaciones. Hoy tenemos una organización muy fuerte de voluntariado excepcional, certificaciones de la GFN, pero sabemos que si sale la ley en 2020 duplicaremos la cantidad de alimentos recuperados”

Según Victoria Morales Gorleri, Directora Nacional de Responsabilidad Social para el Desarrollo Sostenible del Ministerio de Desarrollo Social, “para poder abordar la pobreza y el hambre, no solo se necesitan políticas públicas, sino que debemos trabajar articulados con el sector privado y las sociedades civiles, que ya tienen experiencia y caminos de éxito, para así tener una mirada estratégica sobre cómo abordar estos problemas”.

“Cuando empezamos a trabajar estos temas en 2015, nos dimos cuenta de que los bancos de alimentos hacían enormes esfuerzos en soledad, ya que había poco diálogo con el sector gubernamental. Por eso desarrollamos el Foro de Responsabilidad Social para el Desarrollo Sostenible, con mesas mensuales para trabajar estrategias de alianzas; este año decidimos ayudar a comunidades sostenibles y acercarles herramientas a líderes locales en conectividad, agua, desarrollo productivo y desarrollo humano”, sostuvo Morales Gorleri.

Pero podemos hacer más, mucho más. Esa fue la premisa de Ignacio Peña, director de Surfing Tsunamis (una consultora especializada en innovación), para hablar sobre el futuro de los bancos de alimentos en el país. Para el especialista, estas organizaciones deben ser más visionarias, disruptivas y potentes. “Este modelo es poderoso, pero no está expresando todo su potencial en la Argentina. En México se distribuyen 100 millones de kilos al año, mientras que en la Argentina sólo 10 millones”, indicó.

“La Red llega a lugares donde hay necesidad pero falta llegar a los lugares donde hay más necesidad, como el Noroeste del país”, dijo Peña. Y para eso hay que repensar el modelo, generando otras formas de llegar, más colaborativas, creando nuevas maneras de generar ingresos; porque según Peña, el mundo cambia y debemos anticiparnos a los problemas con una red más innovadora más ágil, dinámica, que use tecnologías digitales donde se conectan con startups y entidades que los complementen.

Y hablando de startups innovadoras, uno de los paneles que más aplausos se llevó durante el evento fue el que protagonizó Nilus, la plataforma que une comedores sociales con donantes de comida para evitar desperdicios. A través de una aplicación y sobre la base de una plataforma de colaboración distribuida (crowdsourcing), desarrollada en el país, que trabaja la puesta en punto del sistema en la ciudad santafecina de Rosario, una empresa o particular pueden informar sobre la existencia de alimentos para ser donados. Se complementa con choferes -a modo de un Uber de la comida que sobra-, que son los encargados de transportar la comida a los comedores que la requieran.

“Durante la etapa piloto vimos muchos resultados que no estaban pensados, desde optimización de procesos hasta una trazabilidad de todos los alimentos y en todos los niveles de la cadena. Uno de los problemas que teníamos es que los comedores nos pedían los alimentos por teléfonos, teníamos más de 200 llamadas por semana, algo que ahora se hace desde el celular con una app, y toda la gente que trabajaba recibiendo pedidos y haciendo llamadas, ahora puede hacer otros trabajos dentro del Banco de Alimentos de Rosario (BAR)”, comentó Irene Berardo, parte de la comisión directiva del BAR, una organización que recupera 100.000 kilos de alimento por mes. Nilus les dio una curva de crecimiento exponencial para alcanzar mejor y más rápido la recuperación de alimentos.

Por último, empresas aliadas de la red contaron sus experiencias como miembros y sus compromisos actuales y a futuro en el marco de los planes de sustentabilidad que llevan adelante.
Al finalizar el encuentro, Matías Galíndez, vicepresidente de la REDBdA, agradeció nuevamente a CAME por el acompañamiento y llamó a trabajar junto a los diferentes actores de la sociedad para impulsar el impacto colectivo que se necesita para tratar estas problemáticas que no solo aquejan al país, sino al mundo entero.

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