La Unión Europea está revisando sus normas de sostenibilidad corporativa para reducir la burocracia y mejorar la competitividad económica de la región. En un contexto donde los líderes buscan acelerar el crecimiento, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dejó en claro el objetivo: “Europa debe cambiar de marcha”.
A finales de este mes, la Comisión presentará un paquete Ómnibus con medidas para hacer más simples los reportes de sostenibilidad y riesgos ambientales. Esto impactará directamente en la Directiva de Información sobre Sostenibilidad Corporativa, que desde 2023 exige a las empresas transparentar su impacto en el planeta y en las personas. También revisará la Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad Corporativa, que obliga a demostrar acciones concretas para cuidar el medioambiente y los derechos humanos en toda la cadena de suministro.
La meta es clara: reducir la carga administrativa en un 25% en general y hasta un 35% para pymes. Además, habrá nuevos requisitos para un tipo específico de empresas de pequeña y mediana capitalización.
Von der Leyen agregó que la simplificación y la reforma de los regímenes regulatorios ayudarán a “derribar las barreras más comunes para expandirse en Europa, porque la escala continental es nuestro mayor activo en un mundo de gigantes”.
