Más normas, menos washing: las tres claves de la agenda de sostenibilidad en 2024 

Juana Figueroa
Juana Figueroa, project manager de sostenibilidad en done!

(*) Por Juana Figueroa

La transparencia en la comunicación de compromisos ambientales, y la regulación del reporte de impactos corporativos, así como la batalla contra el greenwashing encabezan las tendencias de sostenibilidad para este año.  

Un enfoque más riguroso en la medición del impacto, la lucha contra el greenwashing y las nuevas regulaciones señalan que la agenda de sostenibilidad 2024 estará marcada por la transparencia y la rendición de cuentas de los impactos climáticos, sociales y de gobernanza de las organizaciones.

Con estas tendencias, la sostenibilidad pasa a ser un imperativo más que una opción. Y, a medida que la sociedad y los mercados aumentan las presiones para ver acciones genuinas y urgentes, las regulaciones juegan un papel crucial.

Entonces, ¿cuáles son las claves para entender la agenda de sostenibilidad de 20234?

  1. Emergen los reportes mandatorios en la región

Reportar va más allá de mostrar cifras y estadísticas. Cada vez más, los informes de sostenibilidad se convierten en una oportunidad estratégica de brindar información para tomar decisiones informadas y lograr cambios reales.

Si bien en la mayoría de los países de Latinoamérica es una práctica voluntaria, Chile se convirtió en pionero en términos de reporte mandatorio. La Comisión para el Mercado Financiero publicó una normativa en 2021 que obliga a las empresas a incorporar información sobre sostenibilidad y gobierno corporativo en sus Memorias Anuales. Aplica a todas las entidades supervisadas por la Comisión como bancos, compañías de seguros, emisores de valores de oferta pública, administradoras generales de fondos y bolsas de valores.

Y Colombia sigue sus pasos. A fines de 2023, la Superintendencia de Sociedades publicó recomendaciones para que las empresas puedan reportar de forma estandarizada el impacto que generan en en diferentes áreas de sostenibilidad, al promover el uso de estándares internacionales. Aplica para las compañías bajo la supervisión de la Superintendencias o que hayan alcanzado ingresos mayores a 40.000 salarios mínimos. A pesar de no ser obligatorias, señalan que las compañías tienen que estar cada vez más preparadas para responder a estos requerimientos.

La rigurosidad y la creatividad son la clave. Las empresas que quieran destacar en 2024 deberán priorizar la apertura y la honestidad en sus prácticas de reporte. Esto abarca desde la cadena de suministro hasta la toma de decisiones internas, permitiendo a los grupos de interés comprender de forma integral el compromiso de la empresa con el desarrollo sostenible.

  1. Se alinean las normas para informar los compromisos climáticos

    Frente a esta ola de regulaciones hay un hecho claro: la urgencia de acción climática. En ese sentido, las organizaciones públicas y privadas encargadas de confeccionar las regulaciones se alinearon en cómo las organizaciones deben reportar sus objetivos e impactos ambientales.

La congruencia entre el Carbon Disclosure Project (CDP), el estándar S2 de la International Sustainability Standards Board (ISSB) y los European Sustainability Reporting Standards (ESRS) que promueve la Directiva de Reportes de Sostenibilidad Corporativa de la Unión Europea marca una evolución significativa en los estándares de sostenibilidad empresarial para 2024.

Esta colaboración estratégica no solo impulsa la adopción de estándares más rigurosos, sino que también promueve la interoperabilidad para facilitar a las compañías reportar sus objetivos, planes e impactos climáticos. Además, busca acelerar la adopción de estándares internacionales para reforzar el compromiso de proporcionar información de sostenibilidad transparente y confiable.

Las empresas se verán obligadas a elevar sus estándares de presentación de informes y a adoptar medidas más estrictas para evaluar y gestionar los riesgos ambientales y sociales en sus operaciones.

  1. Avanza la lucha contra el greenwashing

Según revela el reporte del 2022 del CDP, a pesar de que muchas compañías cuentan con planes de emisiones netas cero, solo el 7% tiene una estrategía creíble y realizable para alcanzarlos.

Este dato nos indica que las empresas corren el riesgo de quedar en evidencia al simplemente anunciar compromisos de emisiones netas cero. ¿Cuántas veces hemos visto etiquetas que indican productos “fabricados con plástico reciclado”, “amigables con el medio ambiente”, “respetuosos con el océano” o afirmaciones como “compensaremos tu huella de carbono” sin ningún tipo de evidencia para sustentar la credibilidad de estas sentencias?

La Comisión Europea comprobó que más de la mitad de estas declaraciones eran potencialmente engañosas y carecían de fundamento. Es decir, puro greenwashing.

A partir del 2024, al menos en Europa, estas prácticas se terminarán gracias a la nueva Green Claims Directive, iniciativa presentada por la Comisión Europea en 2023 y aprobada recientemente. El objetivo de la Directiva es garantizar que las empresas fundamenten, de forma sólida y verificable, las declaraciones ambientales de sus productos así como también el desempeño de su organización.

¿Qué podemos esperar de este 2024, entonces? Nos gusta pensar que estas tendencias traerán mayor rigurosidad, transparencia y acción.

(*) Es project manager de sostenibilidad en done!

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