El desafío de las fundaciones empresarias

En las fundaciones empresarias, los objetivos de negocio y la inversión social comienzan a cruzarse más que nunca.

Por Fiorella Lotti

Repensar las misiones y objetivos sin perder el foco en la educación.

Las fundaciones empresarias están presentes en Argentina desde hace más de dos décadas. La mayoría surgió como una manera de canalizar la acción social de las compañías, pero con el tiempo se han diferenciado en cuanto a su foco de actuación. Sin embargo, en la era de sostenibilidad, los objetivos de negocio y la inversión social comienzan a cruzarse más que nunca.

En un contexto sumamente cambiante y de gran incertidumbre, las fundaciones debieron adaptar sus acciones para no perder el foco de actuación. En lo que refiere a aquellas vinculadas a la educación, se encontraron con un marco en el que las condiciones previas ya no estaban dadas y debieron sentar nuevas bases para reforzar sus programas. Es el caso de Fundación Acindar, Fundación Telefónica Movistar y Fundación Pampa Energía.

Desde 1962, Fundación Acindar persigue el propósito de contribuir al progreso de las comunidades en las que la compañía está presente, apoyando proyectos que promuevan la educación como base para la transformación social.

Gustavo Blanco García Ordas, Gerente de Fundación Telefónica Movistar.

Para Gustavo Blanco García Ordas, Gerente de Fundación Telefónica Movistar, el principal desafío que venían atravesando era la federalización de sus programas, y en el último año lo lograron: “Veníamos haciendo cursos virtuales en alianzas multisectoriales y articulaciones publico-privadas para poder tener más capilaridad llegar a más personas. En el 2018 tuvimos casi 200 mil beneficiarios; en 2019, 515 mil; en 2020, casi 1 millón y medio: la virtualidad nos permitió llegar a más provincias”.

En el último año nos encontramos con una agenda educativa colmada de preocupaciones vinculadas al hambre y la desnutrición, y tuvimos que adaptarnos para seguir trabajando en nuestra misión sin perder el foco, llegando de manera distinta, con otras propuestas”, expresó Andrea Dala, Gerente de Área Asuntos Públicos & Fundación Acindar. Y describió: “Nos encontramos con escuelas públicas que no tenían el equipamiento para brindar las clases virtuales a los alumnos, y flexibilizamos nuestra propuesta enfocados en la necesidad de adaptación a la virtualidad y la distancia”.

Sin embargo, Mariana Corti, Gerente de RSE y Fundación Pampa Energía, fue un poco más allá del último año: “El principal desafío es combinar la misión de la fundación con la estrategia de sustentabilidad de la compañía, y cómo hacer para que la misión de la primera no sean un impedimento para desarrollar actividades que colaboren con la sustentabilidad general del negocio”.

Las fundaciones se crean con una misión y objetivos específicos que no están supeditados al contexto económico o social, sino que tiene permanencia en el tiempo, lo que le permite profundizar sus acciones, implementar programas y medir los resultados. Sin embargo, en el contexto actual, la actuación de la fundación no puede estar desligada de la estrategia corporativa, sino que deben articularse.

Vincular el foco de actuación con el objetivo del negocio

Hoy, la sostenibilidad de las empresas, entendida como desarrollo económico, social y ambiental, está ligada al negocio de una manera mucho más intrínseca y transversal que años atrás. Cada actividad debe ser mirada bajo la lupa los Objetivos del Desarrollo Sostenible y las necesidades de los grupos de interés.

Andrea Dala, Gerente de Área Asuntos Públicos & Fundación Acindar.

Fundación Acindar ofrece programas vinculados a la educación STEM, incentivando a los jóvenes a acercarse a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, formando el perfil de profesionales que la empresa siderúrgica requiere. “Es el perfil que buscamos y en las comunidades donde operamos no es tan fácil encontrarlos, entonces a través de nuestros programas tratamos de motivarlos al estudio de estas carreras”, indicó Dala.

En una línea similar actúa Fundación Pampa Energía, con fuerte foco en el acompañamiento educativo a niñas, niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad social y económica.  “Buscamos fortalecer la educación técnica en carreras afines a los negocios de la compañía. Actuamos en las comunidades donde operamos, y trabajamos con una red de escuelas técnicas para fortalecer y acompañar las políticas públicas con el objetivo de favorecer una educación de calidad para todos y todas”, precisó Corti.

Durante el 2020, teniendo en cuenta que sus destinatarios son personas en situación de vulnerabilidad necesitaban seguir siendo acompañados, observaron como las necesidades económicas llevaron a que el 40% de la beca sea destinada a la económica familiar, e incluso muchos tuvieron que empezar a trabajar. “Pero el foco no lo cambiamos, y ampliamos mucho la contribución que hicimos en cada comunidad para fortalecer las capacidades de las organizaciones de salud y organizaciones sociales locales”.

Por su parte, Fundación Telefónica Movistar promueve la educación digital y el uso seguro de las tecnologías, con talleres vinculados a los nuevos requerimientos del mercado laboral local, y programas que abarcan todas las edades, desde la primera infancia hasta la tercera edad, para evitar baches en la educación digital. “Con una compañía relevante en la industria de las comunicaciones, consideramos la cultura digital como foco de actuación. Si bien tenemos lineamientos y proyectos globales, con cursos disponibles para todos los países de la región, generamos oferta en base a las necesidades locales”, explicó García Ordas.

En ese sentido, ofrecen 72 talleres virtuales y asincrónicos para acompañar a los docentes en la transformación digital. 25 talleres virtuales para adolescentes, jóvenes y público general sobre la nueva empleabilidad, y con una formación fuerte en ciberseguridad.

Generar capital social y medir el impacto

El rol que cumplen las tres empresas es fundamental en las comunidades en cuanto al capital social: son generadores de empleos directos e indirectos, trabajan en el desarrollo de su cadena de valor,  y realizan acciones en la comunidad.

En 2019, Fundación Pampa Energía redefinió su estrategia de inversión social, contemplando los programas que desarrolla la compañía a través del área de RSE y teniendo en cuenta los ODS identificados como materiales para el negocio, identificaron cinco para alinear y trabajar en conjunto. Una vez esto, comenzaron a implementar metas específicas y medir sistemáticamente.

Mariana Corti, Gerente de RSE y Fundación Pampa Energía.

A partir del desarrollo de proyectos específicos con organizaciones locales logramos ver cambios significativos en la calidad de vida de las personas y podemos ver cómo se genera el capital social. En concreto, más del 60% de los becados son primera generación de estudiantes universitarios en sus familias, todos concluyen sus estudios, y pueden aspirar a mejores oportunidades laborales y elevar la calidad de vida de toda la familia”, precisó Corti.

Tanto Fundación Acindar como Telefónica Movistar, establecer diferentes KPIs y utilizan metodologías para ver cuántos beneficiarios alcanzan con sus programas, las cantidades de horas en educación, y las personas dedicadas a cada programa.

Como forma de potenciar los programas y federalizar su presencia, Fundación Acindar realiza una convocatoria anual destinada a los clientes de la compañía para que presenten proyectos en comunidades. Cada año la convocatoria es distinta, y en estos proyectos realizan un match funding del 50% como forma de desarrollar la cadena de valor.

En tanto Fundación Telefónica Movistar realiza algunos proyectos en alianza con otros actores locales que les permite medir los cambios e impactos de una institución en particular.“También generamos informes anuales con las acciones, alcances y logros y hacemos rendiciones a la Fundación matriz en Madrid, donde cruzamos las mejores prácticas entre las ocho fundaciones de Hispanoamérica, buscando la mejora continua en nuestras propuestas”, describió García Ordas.

Los voluntariados corporativos son la manera en la que las tres fundaciones promueven la vinculación colaborador-compañía-fundación. Fondeando propuestas propias de los empleados o invitándolos a participar de los programas, los hacen parte del cambio que promueven en las comunidades. “Comunicamos continuamente hacia dentro de la compañía lo que hacemos, y los resultados no solo como forma de rendición de cuentas sino para darle sentido a su participación, creemos que es fundamental contar qué resultados obtuvimos con cada actividad”, añadió Corti.

Mirando al futuro

En un contexto nacional donde la salud y la crisis económica se volvieron protagonistas, y la educación se vio fuertemente afectada, poder continuar con los programas sin perder el foco de actuación y acompañar las necesidades fue un desafío en sí mismo.

Analizando la situación actual, Dala asegura: “A partir del año 2020, se ha profundizado las desigualdades en materia de educación. Más allá del trabajo que hay que hacer desde la agenda pública, que son los promotores de los contenidos, desde el ámbito privado debemos acompañar para achicar esas desigualdades, generando la menor brechaentre los que tienen acceso y aquellos que no”.

En ese marco, Acindar se encuentra en la trabajando en la creación del Acindar Lab, un espacio inclusivo y gratuito para promover la educación STEM en jóvenes de 13 a 17 años, ubicado en la planta de Villa Constitución, Santa Fe.

Por su parte, García Ordas considera que su desafío es acompañar a las distintas autoridades y su contexto local, ya que cada provincia es distinta. “Desde hace muchos años venimos ayudando y apoyando a la educación, poniendo nuestro granito para digitalizar más a los docentes. Sabemos que necesitan acompañamiento para que puedan ser más digitales y transmitirlo a los chicos, eliminando así los baches en la educación digital”.

Finalmente, para la representante de Pampa Energía “el desafío es cómo, en una realidad cambiante, no quedarnos estancados sino evaluar las acciones, apuntando a la mejora continua, con metas superadoras. En Pampa Energía arrancamos otorgando becas a 200 estudiantes, hoy  llegamos a más de 1500,observamos los desafíos a nivel individual y familia, y empezamos a trabajar colaborativamente con las escuelas para que la capacidad instalada sea mayor. Es un juego que se da entre lo que uno determinó como foco y ver cómo es desafiado por los nuevos contextos e incorporarlos como posibilidad de mejora”.

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