COP25: El momento es ahora

Nicolás Wertheimer, fundador y CEO de Agua Segura.

(*) Por Nicolás Wertheimer

La semana pasada se llevó adelante en Madrid, una nueva Conferencia sobre el Cambio Climático, un evento que se ha instalado vertiginosamente como una de las cumbres políticas más importantes de nuestra era. No deja de ser extraordinario que este evento multitudinario, convoque a los Estados y a sus ciudadanos a reparar el daño que ellos mismos han causado al planeta afectando dramáticamente sus propias condiciones de vida.

Este año la COP25 tuvo que cruzar el océano desde América del Sur hacia Europa, por el estallido social en curso, en su país original Chile. Sin embargo, los debates vigentes en América Latina sobre los efectos del cambio climático en la región fueron de gran trascendencia. La juventud comprometida con una mirada ambiental y socialmente inclusiva, está dinamizando hoy los procesos de crítica y transformación que sufren sus países en todo el mundo.

Como empresa social, Agua Segura participó en Madrid de la iniciativa global más grande del mundo, en la que intervienen actores de primera línea en lo que respecta a la sustentabilidad de nuestro planeta. Formar parte de este evento, nos permitió aprender y compartir la experiencia con Primeros Ministros, renombrados científicos/as, grandes empresarios y hasta con Greta Thunberg, la joven activista que se perdía entre los miles de visitantes en la Zona Azul de la Feria.

El tópico central de esta COP giró en torno a la emisión de CO2, pero la crisis del agua y el tratamiento de plásticos, también ocuparon el centro de los debates generando nuevos desafíos de trabajo para el futuro. Empresas locales, Estados y ciudadanos, confluían en la Zona Verde, participando activamente de un espacio de información e interacción muy interesante. Es por eso que no deja de ser frustrante que el documento final del encuentro, no exprese un compromiso contundente de los Estados en el diseño de un desarrollo que detenga los gravísimos efectos que el cambio climático nos está dejando. 

Por otra parte y gracias a la enorme convocatoria que tiene el evento, no deja de ser auspicioso habernos encontrado con incontables emprendimientos que están cambiando la manera de construir sus estrategias de impacto. En particular, nos entusiasma la innovación tecnológica de las empresas sociales que buscan resolver urgencias vinculadas a la escasez de agua y el severo daño que esta carencia causa a las comunidades más vulnerables del planeta. Pero es el espíritu de cada uno de esos proyectos lo que lo hace poderoso y transformador. Es asumir el compromiso de impactar positivamente, para que el camino del desarrollo no deje a nadie atrás, como señala la consigna de la ONU vinculado al Día del Agua de este año. Es comprender que todos podemos implementar en cualquier momento y en cualquier lugar un proyecto de cambio.

El sector privado tiene un rol fundamental en el cumplimiento de las metas a las que nos desafía cada Cumbre por el Cambio Climático, y el de las empresas sociales tiene que ser aún más exigente. Es por eso que este año nos sumamos al compromiso de las empresas B a reducir nuestra huella de carbono de aquí al 2030. De esta manera nos adelantamos como sector, 20 años al compromiso asumido en el Acuerdo de París que busca hacerlo de cara al 2050 y este año nos sumamos al compromiso de las empresa B a reducir nuestra huella de carbono de aquí al 2030.

Desde Agua Segura nos sentimos parte de una red, de un proyecto colectivo, de un sueño que encarna a una generación emprendedora que está dispuesta a darle batalla a los desafíos más difíciles. Que no le tiene miedo a empezar de nuevo una y otra vez. Que sabe que el planeta es su casa y que el momento de transformarlo es ahora.

(*) Es CEO & Fundador de Proyecto Agua Segura.

 

 

 

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