Argentina: los envases son parte de la problemática ambiental

Por Vanesa Listek

Campañas, incentivos y programas del sector privado buscan darle una vuelta más sustentable al problema de envases en nuestro país.

Estamos en una crisis. A medida que nuestros residuos plásticos se acumulan en rellenos sanitarios sobrecargados o se tiran en la calle y ríos, la situación de desechos en el país empeora, y se está volviendo demasiado grande como para ignorarla. En todo el mundo, el Estado, las empresas y las organizaciones sociales batallan contra la polución de los océanos, que en sólo 30 años tendrán más plástico que peces, según datos del último informe del Foro Económico Mundial. Para comenzar a solucionar esta problemática, muchas compañías están actualizando su enfoque en torno a la sostenibilidad. Como el gigante de la moda Ralph Lauren, que anunció en abril su nueva iniciativa Earth Polo, que comenzó a fabricar su icónica camisa de polo hecha completamente con botellas de plástico recicladas y teñida a través de un proceso que no usa agua, o el embotellamiento de agua en un recipiente a base de papel y hasta un envase de agua comestible, conocido como Ooho, hecho de algas pardas y cloruro de calcio -el blob biodegradable fue creado por SkippingRocksLab en un intento por hacer una alternativa más ecológica a las botellas de plástico de un sólo uso-.

En la Argentina, los envases retornables, reciclados y biodegradables también están tomando más impulso a medida que las empresas comienzan a incorporar hábitos sustentables en toda la cadena de valor. Con el eje puesto en la sustentabilidad y un modelo de negocio que se basa en la economía circular, desde cervecería y Maltería Quilmes aseguran que hace más de 120 años las cervecerías utilizaban envases retornables como parte de su negocio. Para la empresa, el uso de los recursos, la eficiencia energética, las energías renovables, la logística, los envases y hasta los puntos de venta son fundamentales a la hora de poder coordinar un trabajo en conjunto y continuo. “El envase retornable es sumamente exitoso y tiene un impacto favorable en el ambiente porque el vidrio es un material natural y 100% reciclable, cada botella de vidrio retornable es utilizada 29 veces y, al cumplir su ciclo de vida, es reciclada para volver a hacer una nueva. Para 1.000 litros de cerveza se necesitan 34 botellas retornables de 1 litro que son producidas con vidrio reciclado”, explica a Visión Sustentable Vanesa Vázquez, Jefa de Sustentabilidad de Cervecería y Maltería Quilmes.

Recientemente Coca Cola Argentina lanzó la campaña Vivamos Más Retornable, que invita a las personas a tomar conciencia sobre el impacto positivo de los envases retornables en el medio ambiente y la contribución con un mundo más sustentable. “Cada botella retornable representa al menos 11 botellas menos que ingresan en el mercado, y sabemos que cuando se trata de envases familiares (mayores de un litro) tenemos más retornables en PET que en vidrio, ya que resulta más cómodo y liviano para el consumidor”, detalla Mariale Álvarez, Directora de Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca Cola Argentina.

Por su parte, Natura reveló que el 20% del total de envases que producen ya son “ecoeficientes”, lo que significa que en su composición tienen más del 50% de plástico proveniente de material vegetal renovable o más del 50% de plástico reciclado post consumo. Según la Gerente de Sustentabilidad de Natura Argentina, Sabina Zaffora,“el mayor hito está reflejado en nuestra línea de productos Ekos, que ya cuenta con 100% de plástico reciclado post consumo en todos sus envases”. Además, cuentan con envases de polipropileno “verde” o PE, que es plástico producido a partir del etanol de caña de azúcar orgánica, “este tipo de iniciativa redujo el uso del PET tradicional en 800 toneladas de dióxido de carbono en un año”, confirma. Gracias al uso de materiales reciclados post consumo en los envases, durante 2017 el gigante de cosméticos brasileño evitó el descarte equivalente a cinco millones de botellas PET de dos litros.

En busca de un cambio cultural

Varias campañas lideran la tendencia de envases sustentables en la Argentina, como 100+ Sustentabilidad de Quilmes y Un Mundo Sin Residuos de Coca Cola. Todas con una visión 100% sustentable a largo plazo. “Nos planteamos una plataforma con un objetivo de trabajo a 100 años, un packaging circular para nuestros envases, eficiencia energética en nuestra producción y uso de las energía renovables para llevar una inspiración de sustentabilidad a cada uno de los actores que componen la cadena de valor de la empresa y así cuidar el medio ambiente trabajando por una mejor comunidad”, asegura Vázquez.

El uso de retornables en cada región de nuestro país se comporta de manera diferente. Según Coca Cola, en la zona del AMBA, en general, las personas prefieren menos los envases retornables y, de los retornables, los que más se usan son los envases de vidrio pequeños que se encuentran en bares y restaurantes. En general, el consumo en la ciudad es más “de paso” y aún cuando realizan su compra en supermercados es poco habitual que las personas lleven los envases vacíos. En cambio, en el interior, donde la proporción de venta en comercios tipo tienda o almacén es mayor, se consume más en retornables. En términos generales, existe entre un 37% y 40% de ventas en envases retornables y el objetivo de Coca Cola es aumentarlas, porque resultan un 25% más económicos que los otros empaques.

Pero, ¿por qué hacen las empresas tanto hincapié en los envases retornables y en incentivar el reciclado en el país? Según el experto del sector, Carlos Briones, “en el reciclado el problema es que las botellas se juntan una por una a través de los recuperadores urbanos”. Además, hay que considerar que “en la Argentina no hay depósitos de retorno de botellas de plástico” y por eso “es un trabajo manual de mucha informalidad”. Asimismo, los precios del material reciclado son mayores que el plástico virgen, ya que el proceso de logística (el transporte de las botellas de plástico) es lo que sube el precio y lo que lleva a las empresas a elegir envases de un sólo uso. “En ese sentido es el Estado quien tiene la obligación de dar la infraestructura necesaria para generar una economía circular e incentivar al consumidor a que separe, de esa manera se recicla y usa menos materia prima”, enfatiza Briones.

Álvarez coincidió con Briones y asegura que en nuestro país “el costo de transporte y operación logística es altísimo para todo, incluido el transporte de resina PET (sea virgen o reciclada)”. Además agrega que más allá del costo, “otro aspecto a considerar es el consumo de energía y las emisiones que se generan al mover esa resina que, si es mayor que el de mover resina virgen, en el balance final “descuenta” del beneficio obtenido por haber reciclado el material”.

Desde Coca Cola aseguran que la resina PET reciclada de grado alimenticio (aquella que es apta para ser usada en envases de alimentos) es más cara que la virgen. “Se puede obtener material reciclado grado no alimenticio que es más barato, pero ese material no tiene la calidad suficiente para ser empleado en nuevos envases que van a contener alimentos, bebidas o medicamentos, si se puede usar para fabricar otro tipo de elementos pero no envases de alimentos”, insistió Álvarez.

Problemas de sustentabilidad

La realidad es que hay muy poco incentivo al reciclado, y en general proviene más del sector privado que del público. En todo el país hay recolección de basura seis veces por semana, en la Ciudad los siete días de la semana y en microcentro hay tres repasos diarios de residuos. “Esa es una mala señal, ya que en vez de reducir, aumentamos el consumo de residuos. Mientras que en países desarrollados hay recolección de basura una vez por semana y de reciclables también sólo una vez”, explica Briones. Para el especialista, otros países de la región están realizando esfuerzos para simplificar los residuos, como Chile, Ecuador y Méjico, que sólo los juntan tres veces por semana. “El año pasado la Ciudad de Buenos Aires pagaba 22 millones de pesos diarios por la recolección de residuos, un fuerte desincentivo del reciclado y bajo consumo”, sentencia Briones.

Uno de los desafíos de Natura en 2019 es incorporar mayor vidrio reciclado en su producción de perfumería.

Las empresas privadas están haciendo esfuerzos para impulsar la rentabilidad y ofrecer diferentes alternativas dentro de lo retornable para los consumidores. En 2019 Natura buscará incorporar hasta un 30% de vidrio reciclado post consumo en los envases de perfumería, algo que aún no está desarrollado en la industria cosmética. “Uno de los principales desafíos del reciclado de vidrio es que está muy desarrollado y enfocado en productos de consumo masivo como las bebidas, y nosotros buscamos promocionar el desarrollo de la cadena, que hoy casi no existe: desde la separación del vidrio que se desecha hasta su incorporación en la producción de nuevos envases”, explica Zaffora. En la Argentina el trabajo de Natura ya se estuvo haciendo con cinco cooperativas que separan el vidrio oscuro y transparente en conjunto con la organización CEMPRE (Compromiso Empresarial para el Reciclaje). Los beneficios de fabricar nuevos envases con vidrios reciclados permiten ahorrar el uso de otros materiales como la arena y la reducción en un 70% del uso de electricidad de los hornos.

Con el reciclaje, la reducción y la reutilización de envases, son múltiples las cadenas productivas de economía circular que se activan, generando empleo, nuevas tecnologías y menor presión sobre los recursos naturales.

 

 

Artículo anteriorLa Unidad pediátrica móvil atendió a más de 350 niños en La Matanza
Artículo siguienteEmpresa de seguridad reconocida por su contribución a la sustentabilidad