¿Cómo proteger a los menores del alcohol?

El Consejo Publicitario Argentino (CPA) lanzó una campaña direccionada a padres para evitar la escalada del consumo de alcohol en menores, la población más vulnerable a los efectos de esta sustancia. En 2017, el consumo de alcohol en adolescentes de 12 a 17 años aumentó más de un 13%.

El alcohol en la adolescencia se ha transformado en una problemática alarmante, dado que la edad de inicio de consumo de nuestra población es a partir de los 14 años. Es por eso que desde el Consejo Publicitario Argentino, y en conjunto con el apoyo de ONG´s, el Estado y varios especialistas, decidieron orientar a los padres para los acompañen y les ayuden a adquirir buenos hábitos, todo a través de una campaña que dura sólo unos segundos pero que comunica el impacto negativo que puede producir en la vida de un joven la ingesta de alcohol.

Durante el lanzamiento, bajo el hashtag #ChicosSinAlcohol, un panel de especialistas destacó los aspectos fundamentales de la problemática de alcohol en menores, las consecuencias irreversibles que puede traer el bingedrinking, o atracón, y lo que pueden hacer los padres para prevenir el consumo en los niños.

No es una tarea menor, los números evidencian que la situación empeora: en los últimos siete años, el universo de nuevos consumidores de alcohol sumó a 319.994 preadolescentes y adolescentes. En 2017, un 37% de la población de entre 12 y 17 años ya había probado alcohol, a pesar de que existe la ley 24.788 que prohíbe el uso de alcohol en menores en todo el país. Sin embargo los expertos aseguran que hoy en día esta ingesta adquiere una modalidad especial, ya que la accesibilidad al mismo se produce en el hogar.

Además estadísticas oficiales demuestran que el consumo de alcohol en este segmento se encuentra en crecimiento. Según un estudio de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), entre 2010 y 2017, el consumo de alcohol en adolescentes de 12 a 17 años aumentó más de un 13%, siendo la franja etaria en que se verificó el aumento mayor.

“Tomar alcohol en la infancia y en la adolescencia es nocivo siempre, independientemente de la cantidad y la frecuencia, porque hay un organismo en desarrollo, que hasta los 22 años sigue reestructurandose”, enfatizó Beatriz Di Biasi, médica especialista en toxicología e integrante de Fundartox. “El alcohol es un depresor del sistema nervioso central que altera la formación y remodelación de la red neuronal, produce problemas cognitivos (de aprendizaje, memoria y capacidad de respuesta) y problemas de conducta”, continuó Di Biasi.

Por eso, cuando hay uso, hay daño y riesgo. Y esto es algo que la campaña deja en claro cuando nos muestra los traspiés de un joven en estado de embriaguez, y la vulnerabilidad que adquieren los menores luego del consumo. No sólo conlleva a trastornos en el lenguaje y la movilidad, o cambios en la presión arterial, sino que también puede derivar en conductas de riesgo como las relaciones sexuales sin protección, y un consecuente embarazo adolescente o la trasmisión de enfermedades.

Es que con un autoestima que aún no se ha consolido, los chicos toman para relajarse, desinhibirse o superar la timidez, dijo Eleonora Marzorati, médica psiquiatra de Medicus y especialista en adicciones. “Muchos jóvenes imitan a los adultos, por eso insistimos en que esta campaña esté dirigida a los padres”, resaltó. Y en este aspecto también coincidió María Pía Del Castillo, directora de la Fundación Padres, quien con un tono de preocupación anunció que “los padres estamos anestesiados ante una cultura de la diversión que pone en riesgo a nuestros hijos: los más chicos están tomando delante de nuestras narices y nosotros aceptamos que la diversión está unida al daño y la muerte”.

Para Del Castillo, las estadísticas ya están hace mucho tiempo y sólo empeoran, ella sabe que una de cada cinco muertes está relacionada con el alcohol, sin embargo le sorprende escuchar a padres decir “prefiero que tome en mi casa” o “si tomas bien no te pasa nada”. Cuando hoy sabemos que el alcohol en las etapas más tempranas del desarrollo facilita la escalada a otras drogas y produce daños en el cuerpo irreparables.

“Consumir alcohol antes de los 15 años aumenta cuatro veces el riesgo de tener una dependencia y a ser más vulnerables a la depresión severa”, enfatizó Marzorati. Quien además sostuvo que los atracones con bebidas alcohólicas o bingedrinking, lleva a los menores a una ingesta de grandes cantidades de alcohol en poco tiempo. “Esto está directamente asociado al aumento de violencia, euforia, falta de control y hasta hay estudios científicos que comprueban que el bingedrinking genera daños en la memoria a largo plazo”, explicó. Es que por los atracones con alcohol, un chico con una memoria de 10 puntos puede pasar a tener una memoria de siete puntos, y queda con la memoria afectada de por vida.

Hay mucho para hacer: debe existir una relación con adultos responsables, pertinentes, y afectuosos que legitimen a los niños. Durante la etapa de la adolescencia los menores deben saber que pueden contar con los padres o adultos responsables. “Es más fácil decir ‘esta juventud está perdida’ y mirar hacia otro lado, pero de esa manera estamos hipotecando generaciones futuras, en vez de mostrarles un mundo adulto que valga la pena vivir”, enfatizó Del Castillo.

Esta campaña no dejó a nadie atrás, participaron de la comisión ONG´s y empresas como: El Reparo, Fratelli Branca, la Fundación La Nación, la Fundación Padres, Fundartox, la Cervecería y Maltería Quilmes, Telefe, YPF y UNICEF, también se sumaron desde el Estado, a través del Sedronar, y gracias a la creatividad de JWT, la campaña propone generar conciencia en torno a los efectos nocivos que tiene el consumo de bebidas alcohólicas en menores de 12 años.

“Este tipo de campañas es algo que Quilmes trae en el ADN”, así definió el esfuerzo y la participación Juan Mitjans, Gerente de Asuntos Institucionales de la cervecería. “Estamos orgullosos del producto que elaboramos, pero sabemos que tenemos una responsabilidad con el producto y es por eso que no queremos que se consuma en menores”, continuó, en una entrevista con Visión Sustentable.

Ya hace más de 20 años que Quilmes está trabajando en campañas de consumo responsable enfocándose en tres ejes: evitar el consumo excesivo de su producto en mayores, evitar el consumo en menores y con campañas de seguridad vial. Todos los años la empresa trabajaba directamente con los padres a través de la campaña Padres e Hijos, llevando una guía para ayudarlos a que hablen con sus hijos sobre tomar alcohol en la minoría de edad. Por otro lado, también vienen trabajando con comercios en otra campaña que se llama DNI. Es que con más de 50.000 puntos de venta en todo el país, es esencial para la médula de la empresa que los comerciantes piden el documento a los clientes, de esta manera se limita la ingesta de alcohol en menores.

Los padres deben conocer los riesgos que enfrentan sus hijos y sus ámbitos de compañía, por eso los especialistas que se juntaron para realizar la campaña, dejan claro que lo fundamental es que los padres los acompañen. “Hay mucho daño a los jóvenes que llegan a las guardias hospitalarias solos y sin que sus padres sepan dónde están, ya que estos menores no tienen confianza en los hogares para contar lo que les pasa, los deja muy aislados y los pone en un lugar de vulnerabilidad y de riesgo”, dijo Elsa Gerbasio, directora de la comunidad terapéutica El Reparo, una de ONG que brinda ayuda a personas con adicciones y sus familiares.

No hay que minimizar los problemas o suponer que se van a arreglar solos, el consumo de alcohol en menores siempre es pernicioso y los padres no deben ser ajenos al problema. Por eso, la respuesta temprana es la mejor opción y los padres son quienes deben dar el ejemplo a los más chicos. https://www.youtube.com/watch?v=2IA6_b9yEZ4

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